Boeing estaría explorando la posibilidad de vender su división espacial, incluyendo su problemática nave Starliner, que ha acumulado pérdidas que superan los 1.850 millones de dólares.
Kelly Ortberg, quien asumió como CEO de Boeing en agosto, está considerando la venta de la división espacial de la compañía como parte de un intento por cambiar la situación, según un informe de The Wall Street Journal. Los planes al parecer todavía se encuentran “en una etapa temprana”.
La empresa habría iniciado conversaciones internas para evaluar la venta tras los persistentes problemas financieros y técnicos que ha afrontado el programa espacial.
Desde que empezó a desarrollarse en 2014 como parte del programa de tripulación comercial de la NASA, Starliner ha sido una apuesta clave de Boeing para competir con SpaceX en el transporte espacial tripulado. Sin embargo, la nave ha enfrentado retrasos y problemas técnicos constantes, con fallos en el software de navegación, sistemas de propulsión y válvulas de combustible que han obligado a la compañía a realizar ajustes en múltiples ocasiones.
En su última presentación a los reguladores, Boeing declaró una pérdida adicional de 250 millones de dólares debido a estos inconvenientes en el tercer trimestre del año, una cifra que contribuye a la pérdida total de 1.850 millones de dólares del programa.
Todo esto ha provocado que la compañía reconsidere su estrategia en el sector espacial, según la exclusiva de The Wall Street Journal.
¿Venderá por piezas Boeing su negocio espacial?
“Es mejor hacer menos y hacerlo mejor que hacer más y no hacerlo bien”, dijo Ortberg durante una conferencia telefónica sobre ganancias esta semana. “Está claro que nuestro núcleo de aviones comerciales y sistemas de defensa se quedará en Boeing Company a largo plazo. Pero probablemente haya algunas cosas marginales en las que podemos ser más eficientes o que nos distraigan de nuestro objetivo principal”.
La posible venta podría incluir partes del negocio espacial de Boeing o el traspaso completo del proyecto Starliner a otra empresa, con la intención de reducir sus costos y enfocarse en áreas donde su rendimiento financiero es más sólido.
El informe del WSJ enfatiza que no se sabe con certeza qué porcentaje del negocio se venderá, si es que se produce alguna venta. Por ejemplo, Boeing podría conservar su papel de líder del cohete Space Launch System (SLS) para el programa Artemis de exploración lunar de la NASA. El SLS lanzó con éxito la misión no tripulada Artemis 1 a la órbita lunar en 2022 y lanzará astronautas alrededor de la Luna tan pronto como en 2025, con Artemis 2.
Boeing también tiene, junto con Lockheed Martin, una participación del 50% en United Launch Alliance, un proveedor de lanzamientos. Su cohete Atlas V lanzó la misión Starliner el 5 de junio.
El futuro incierto de Starliner
Aunque Boeing trajo de vuelta la nave espacial a la Tierra, esta vino vacía y la NASA ha decidido posponer futuros vuelos tripulados en el Starliner. Los astronautas asignados para la misión de prueba de la nave, Butch Wilmore y Suni Williams, vieron su misión prevista de 8 días ampliada a al menos ocho meses cuando su cápsula partió.
Ahora se espera que regresen a casa en febrero de 2025 a bordo de una Crew Dragon de SpaceX.
A Boeing le crecen los problemas
Además de la polémica alrededor de Starliner, Boeing se enfrenta a una serie de problemas, entre ellos una acusación de fraude por los accidentes del avión 737 Max y, esta misma semana, uno de sus satélites fabricado para Intelsat dejó de funcionar y se desintegró repentinamente tras sufrir una “anomalía”.