400 millones de asistentes y un objetivo sagrado: así es el festival hindú de Kumbh Mela, la mayor peregrinación del mundo

Cuarenta y cinco días a orillas del Ganges para purificar el alma. Es el motivo que reúne cada doce años a millones de personas en la India en lo que se conoce como la mayor peregrinación religiosa del mundo: el festival hindú de Kumbh Mela, que este año es particularmente significativo porque el Maha o gran Kumbh Mela solo se lleva a cabo cada 144 años y marca el 12º Kumbh Mela y una alineación celestial especial del sol, la luna y Júpiter.

Por esta razón, se espera que más de 400 millones de personas, la multitud más grande en su historia, asistan a las festividades de este año, que se llevarán a cabo en Prayagraj, en el estado norteño de Uttar Pradesh. Pero ¿Por qué allí?

Prayagraj es uno de los cuatro lugares donde, según la mitología hindú, los dioses derramaron sin querer una gota de néctar divino, y también el rincón en el que confluyen dos ríos reales y otro imaginario, pero no menos sagrado, el Saraswati. Por eso, durante el transcurso de la reunión, hay varios shahi san o días sagrados de baño, en los que los devotos se sumergen en las aguas con la creencia de que limpiarán todos sus pecados y los de sus ascendentes en 88 generaciones.

La historia del Kumbh Mela

Las raíces históricas del Kumbh Mela se encuentran en las ceremonias propiciatorias de las épocas de siembra, en las que los granos en recipientes se ponen a remojo en los ríos para germinarlas, aunque también se le ha considerado un ritual de fertilidad donde el cántaro simboliza, por su forma, no solo a la Diosa Madre sino también al útero, la matriz del mundo.

Aunque, más allá de sus orígenes históricos, la mitología cuenta que, en tiempos pasados, los dioses (devas) y los asuras (demonios) hicieron una alianza provisional para trabajar juntos en la elaboración del amrita, el néctar de la inmortalidad. Sin embargo, cuando apareció el dios Dhanu Antari con el kumbhá (el cuenco que contenía el amrita), los demonios se lo arrebataron y huyeron lejos, perseguidos por los dioses.

La batalla entre dioses y demonios en el cielo por la posesión del cántaro de amrita duró doce días y doce noches divinas (el equivalente a doce años humanos) y, durante la lucha, algunas gotas del elixir cayeron en cuatro lugares: Praiag, Hardwar, Ujjain y Nasik, motivo por el cual estas ciudades son sagradas y constituyen los puntos de celebración del kumbhamela.

Un asentamiento de 4.000 hectáreas

A esta festividad religiosa acuden ascetas, santones, monjes ("sadhus"), aspirantes a la condición de penitentes ("kalpavasis") y toda clase de peregrinos, sin distinción de sexo, casta o credo religioso. No obstante, los principales depositarios de esta práctica cultural son miembros de monasterios ("ashrams") y comunidades de monjes ("akhadas"), o personas que viven de limosnas.

Para acogerles a todos ellos, se ha instalado en las orillas del río un enorme campamento de tiendas de campaña que ocupa una superficie de 4.000 hectáreas.

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