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La historia se repite y de nuevo Trump impedirá que una mujer se siente en el despacho oval. En el país del espectáculo -y del malestar contra las élites demócratas-, el presidente electo es el rey y resultaba complicado que lograra batirle una candidata de repuesto –heredera del forzoso relevo de Biden–, cuyo principal mensaje era, precisamente, no ser Trump.

Con la mirada larga se puede ver como una oportunidad para un 'resurgir' de Europa, pero lo cierto es que la victoria de Donald Trump en las presidenciales de Estados Unidos y su vuelta a la Casa Blanca pillan a la Unión Europea en un momento muy delicado. Nadie habla de shock, ni de un golpe muy duro, pero sí es una descarga eléctrica sobre los cimientos del bloque, pero especialmente en la agenda de la próxima legislatura y en las prioridades.

Las encuestas vaticinaban un duelo frenético entre Kamala Harris y Donald Trump para las elecciones de este martes para nada salió como se esperaba. Los sondeos subestimaron al republicano que vuelve a la Casa Blanca después de recibir más de 71 millones de votos populares (frente a los 66 millones de Harris) y con una mayoría arrasadora en votos electorales, recuperando para el Partido Republicano el control del Senado y previsiblemente el de la Cámara de Representantes.

"Vamos a sanar nuestro país, vamos a arreglar las fronteras... ¡vamos a arreglar la política!, ha dicho el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, ante sus simpatizantes, congregados para celebrar la victoria en las elecciones presidenciales.