Lo vivido este lunes —que se extendió a la madrugada del martes— en el Congreso de los Diputados para salvar una reforma fiscal de mínimos que encajase en los parámetros de los socios de derechas y de izquierdas es, para el Gobierno, una "realidad" parlamentaria que hay que "normalizar". Así lo entienden los socialistas, que tuvieron que sudar la camiseta para superar el último trámite parlamentario antes de que la reforma fiscal llegase al Pleno, aunque sin garantizar que la misma vaya a ser aprobada definitivamente el próximo jueves. "Poner de acuerdo a los grupos políticos no es una tarea sencilla, máxime cuando hablamos de política fiscal", reconoció este martes la ministra portavoz tras el Consejo de Ministros, Pilar Alegría, que pidió hacer "pedagogía" al respecto para tratar de normalizar este tipo de negociaciones 'in extremis'.
En el Ejecutivo celebran haber superado este primer trámite, "ha durado más de lo previsto, pero bien está lo que bien acaba", sostienen fuentes de Moncloa. Sin embargo, la negociación de la reforma fiscal está lejos de acabar, ya que el Gobierno tiene que seguir conversando a su derecha y a su izquierda para que ninguno de sus socios tumbe el proyecto este jueves en el Pleno, lo que no parece nada sencillo. La fórmula que utilizarán para ello es no gravar con el impuesto a las energéticas a las empresas que mantengan su compromiso para la descarbonización, al tiempo que plantean la extensión vía decreto de este gravamen extraordinario a 2025. En cualquier caso, no es una propuesta que acepten todos los grupos, por lo que las posiciones siguen alejadas, sobre todo las de Podemos y las de Junts.
Pero lo que parece un callejón sin salida, para el Ejecutivo forma parte de la "realidad parlamentaria" que hay que "normalizar" esta legislatura. "No somos ingenuos, somos conscientes de cuál es la realidad parlamentaria y conscientes de que negociar cuestiones fiscales no es sencillo", insistió este martes Pilar Alegría, vinculando así las dificultades de esta negociación a que es sobre un proyecto fiscal. "Estamos a martes, paso a paso. Ya salió adelante la primera votación y ahora hay que confiar en la capacidad de negociación y dialogar para sacar adelante los distintos asuntos", puntualizó la ministra.
De hecho, para el Ejecutivo esta complicadísima negociación no se traduce en "inestabilidad", sino en "ser conscientes de la realidad". Para Alegría, el ejemplo de "inestabilidad" lo ofrecen los gobiernos autonómicos del PP y Vox "que no han durado ni un año", mientras que el de Pedro Sánchez "lleva desde 2018 con gobiernos de coalición y los temas importantes han salido adelante". "Los ciudadanos han decidido que tengamos el Congreso que tenemos", puntualizó la ministra, que remarcó que "la negociación nunca se puede entender como debilidad".
Y como ya llevan haciendo en el último año con las distintas negociaciones, eluden dar más detalles sobre cómo se están llevando a cabo las de la reforma fiscal, "hay que ser especialmente prudentes y cautos, dejando que pasen tiempos y plazos para seguir abordando y trabajando con las fuerzas parlamentarias", defendió Alegría al respecto. Lo único que afirman tanto en público como en privado es que las conversaciones siguen abiertas con "distintas fuerzas" y que es la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la que las está liderando. También las de los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
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