Galaxy Ring: el anillo inteligente perfecto si tienes un móvil Samsung

Los anillos inteligentes son la última incorporación en dispositivos al mercado y cada vez vemos más por las calles, si bien todavía estamos en la etapa de early adopters, especialmente en España.

Pero lo que está claro es que están ganando terreno en el mercado de los wearables, tal vez porque se posicionan como una alternativa más discreta y cómoda a los tradicionales relojes inteligentes y pulseras de actividad. Sin embargo, igual que los smartwatches y las smartbands, estos pequeños dispositivos, con un diseño similar al de un anillo convencional, esconden en su interior tecnología avanzada capaz de monitorizar la salud, el sueño y la actividad física de manera precisa.

Aunque ya había otras alternativas disponibles, como el pionero Oura Ring, el económico Amazfit Helio Ring o incluso la versión española Rikki, ahora uno de los mayores fabricantes se ha atrevido también a sacar su propio modelo: el Samsung Galaxy Ring ya es una realidad y ya se puede comprar en España.

En 20bits lo hemos probado y estas son nuestras impresiones.

Diseño: discreto y resistente

Aunque los anillos inteligentes no son nada nuevo y llevan desde 2015 en el mercado, el Samsung Galaxy Ring es uno de los productos más innovadores que ha lanzado la compañía surcoreana en el sector de los wearables.

La apuesta de la compañía responde a un mercado en constante crecimiento, que según Samsung ya mueve más de 200 millones de dólares y se espera que crezca un 25% en los próximos años.

Precisamente, su concepto y su forma —su diseño— es lo que está captando cada vez más la atención de los consumidores.

Con el Galaxy Ring, Samsung busca no solo ofrecer un dispositivo de monitorización de salud, sino también marcar un hito en la evolución de los dispositivos con un formato distinto a todo lo que hubieran hecho.

El Galaxy Ring apuesta por un diseño minimalista y funcional, con acabados de calidad y una construcción robusta que promete resistir el uso diario. A nivel estético, el anillo no es particularmente bonito, pero sí más que otros del mercado en mi opinión —todo lo bonito que puede ser un dispositivo como este—.

En cuanto a la comodidad, el Galaxy Ring mide 7 milímetros de ancho, 2,6 milímetros de grosor y pesa 2,3 gramos, por lo que destaca por ser ligero y fácil de llevar. Al principio puede resultar algo extraño dormir con él puesto, al menos en mi experiencia, sin embargo, tras poco tiempo, te adaptas perfectamente y se convierte en un accesorio que apenas notas.

Uno de los puntos a favor es su resistencia. Tras varias semanas de uso, no presenta arañazos ni desgaste, lo que demuestra que Samsung ha trabajado en ofrecer un dispositivo duradero, incluso en situaciones donde puede estar expuesto a golpes o al roce continuo. Esto se explica en su construcción en titanio. Además, en este apartado, es importante señalar que resiste también al agua con sus 10 ATM y que tiene calificación IP68.

Las tallas del Galaxy Ring y cómo elegirlo

Para adquirir un Samsung Galaxy Ring, es necesario pasar por un proceso en dos etapas que asegura la talla adecuada del anillo. Te explico cómo funciona.

En primer lugar, cuando solicitas el anillo, antes de realizar el pedido definitivo, Samsung envía un kit de muestras con anillos de diferentes medidas que van desde la talla 5 hasta la 13. Este kit te permite probar anillos de muestra para determinar cuál se ajusta mejor al dedo donde se llevará el Galaxy Ring, que por cierto la compañía aconseja que sea el dedo índice.

Una vez seleccionada la talla más adecuada, el siguiente paso es confirmar el pedido del anillo a través de la tienda online oficial de Samsung. En este punto, se selecciona la talla definitiva y se procede al pago.

Tecnología y rendimiento: un enfoque en la salud

En cuanto a tecnología, el Galaxy Ring está a la altura de otros wearables más grandes, como los relojes inteligentes. El anillo integra avanzados sensores para medir temperatura, ritmo cardíaco, oxigenación de la sangre (SpO2), estrés y, especialmente, el sueño. La medición de las fases del sueño es una de sus características más destacadas, proporcionando un análisis muy preciso de la calidad del descanso.

El anillo utiliza un sensor óptico para medir el ritmo cardíaco de manera continua, lo que te permite un control preciso de la actividad cardiovascular tanto en reposo como durante el ejercicio. Y además envía alertas si detecta alguna anomalía.

El sensor de oxígeno en sangre es especialmente útil durante el sueño o en actividades físicas intensas, ya que te permite conocer cómo se oxigena tu cuerpo.

Por su parte, el acelerómetro detecta el movimiento y es fundamental para medir la actividad física diaria: registra tus pasos, calorías quemadas y duración de las sesiones de actividad física, ofreciendo un resumen de la cantidad de movimiento que realizas diariamente. También influye en el análisis del sueño, puesto que ayuda a identificar cuándo el usuario está en reposo o se mueve durante la noche.

Y ya que menciono el sueño, como decía, el Galaxy Ring destaca por su precisión al medir las fases del sueño. Gracias a sus sensores, puede determinar con gran exactitud cuánto tiempo pasas en cada fase —sueño ligero, profundo y REM—, evaluando mejor la calidad del descanso.

Finalmente, aunque no tan común en otros wearables, el anillo de Samsung incluye un sensor para medir la temperatura corporal. Esto ayuda a identificar variaciones que podrían ser indicativas de cambios en la salud, como un posible estado febril o alteraciones en los ciclos del cuerpo.

Muchos de estos sensores están presentes también en los smartwatches de gama alta de la marca y durante mi experiencia han funcionado perfectamente y con mucha precisión.

Toda la información recopilada por el Galaxy Ring se sincroniza automáticamente con la aplicación Samsung Health, donde se organiza de manera intuitiva para entenderla fácilmente. Al abrir la app, encuentras un resumen completo de tus métricas clave, como la actividad diaria, el ritmo cardíaco, el sueño y la saturación de oxígeno. Desde este panel, puedes acceder a análisis más detallados.

Samsung Health también permite revisar el historial de las métricas y compararlas con días anteriores o con objetivos establecidos, lo que ayuda a detectar patrones de comportamiento en la salud.

Es fundamental que el anillo permanezca en la posición adecuada para garantizar que los sensores capturen los datos correctamente. No obstante, reajustarlo no representa un gran inconveniente, ya que es fácil corregir su posición.

Compatibilidad: (casi) obligatorio tener un móvil Samsung

Otro punto a considerar es la compatibilidad con otros dispositivos. El Galaxy Ring se integra a la perfección dentro del ecosistema de Samsung, pero aquí es donde encontramos una de las principales desventajas: los usuarios que no tengan un móvil de la compañía surcoreana no podrán aprovechar el anillo al máximo, ya que no tendrán acceso a algunas de sus funciones.

Tener un smartphone de Samsung no es obligatorio, claro, pues el anillo es compatible con cualquier teléfono Android que cuente con Android 11. Sin embargo, hay funcionalidades que solo están disponibles en el ecosistema de la marca, como controlar la cámara del móvil y descartar una alarma a través de gestos —bastante útil si quieres hacerte una foto sin tocar la pantalla— o localizarlo a través de Find My Ring.

En iPhone las cosas se ponen más difíciles todavía, puesto que el Galaxy Ring no es compatible con el ecosistema de Apple. Eso sí: puedes chequear las mediciones en la app Samsung Health, disponible en iOS.

En móviles Android que no sean Samsung se puede descargar la aplicación Galaxy Wearable y plugin para Galaxy Ring para asociar el anillo al teléfono y hacer pequeños ajustes —y, por supuesto, también la app de salud de la compañía—.

Esto limita la experiencia de uso para los usuarios de otras marcas, que no podrán disfrutar de todas las características del dispositivo. Y desde luego tiene poco sentido si llevas un iPhone —tal vez quieras esperar a que Apple saque su propio anillo, aunque parece que eso está de momento paralizado—.

Experiencia de uso: menos intrusivo que un smartwatch

Una de las principales ventajas del Samsung Galaxy Ring es que ofrece una alternativa menos intrusiva a los smartwatches. Para quienes no están acostumbrados a recibir notificaciones constantes o no les gusta llevar un dispositivo en la muñeca, el Galaxy Ring es la solución perfecta.

Sin embargo, esta misma característica puede ser una limitación para aquellos que buscan una interacción más directa con su wearable. La falta de una pantalla hace que toda la información deba consultarse desde el teléfono, lo que puede no ser ideal para quienes están acostumbrados a recibir datos instantáneamente desde su muñeca.

Batería: tienes anillo para rato

La batería del Samsung Galaxy Ring es uno de los puntos fuertes de este dispositivo, destacándose por su autonomía prolongada en comparación con otros wearables como los smartwatches. Al no contar con una pantalla, uno de los componentes que más energía consume en los dispositivos inteligentes, el Galaxy Ring puede ofrecer una duración de batería significativamente mayor.

El anillo puede durar entre 4 y 7 días antes de requerir una recarga, dependiendo de las funciones activadas y la frecuencia de uso de las mediciones de salud. Esto lo convierte en una opción muy atractiva para aquellos que no quieren estar pendientes de cargar el dispositivo constantemente, a diferencia de los relojes inteligentes que suelen necesitar carga diaria o cada dos días, especialmente si tienen pantallas de alta resolución y notificaciones activas.

El Galaxy Ring viene en un estuche bastante aparente. Utiliza un sistema de carga inalámbrica, lo que facilita el proceso y evita la necesidad de puertos o conectores adicionales.

Resumen

El Samsung Galaxy Ring representa una apuesta sólida por parte de la compañía para conquistar el creciente mercado de los anillos inteligentes, que se espera que siga expandiéndose a ritmo acelerado en los próximos años.

Es un dispositivo perfecto para aquellos que desean una monitorización de la salud sin las distracciones de un smartwatch, ofreciendo una experiencia cómoda, discreta y precisa.

De hecho, uno de los puntos más destacados del Galaxy Ring es su precisión, especialmente a la hora de medir el sueño.

Además, su diseño robusto, ligero y resistente a los arañazos lo hace perfecto para un uso continuo.

En mi opinión puede ser un buen complemento, especialmente para quienes ya forman parte del ecosistema Samsung.

Sin embargo, los usuarios de otros dispositivos Android o de iOS, o aquellos acostumbrados a la experiencia completa de un smartwatch, pueden encontrar limitaciones. Y desde luego no es un producto barato, ya que cuesta 449 euros. Es decir, que su precio elevado —aunque sin necesidad de suscripciones extra— y la falta de compatibilidad con otros sistemas operativos fuera del ecosistema Samsung restringen su alcance a un público más amplio.

No creo que sea un producto para todo el mundo, pero me parece muy interesante que los fabricantes aporten alternativas y desarrollen nuevos dispositivos que hace pocos años podríamos creer impensables. Lo recomendaría a quienes no les guste llevar nada en sus muñecas o a quienes no quieran tener notificaciones constantes. También si lo tuyo no es llevar dispositivos electrónicos a la vista o si detestas tener que cargar tu reloj o smartband cada dos por tres.

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