Cientos de vecinos de Paiporta boicotearon ayer la visita de los Reyes, del presidente del Gobierno y del presidente de la Comunidad de Valencia, indignados por la situación de desamparo que arrastran seis días después de la tragedia. Ante los intolerables insultos y los intentos de agresión de algunos vecinos, Felipe y Letizia demostraron una gran valentía en su comportamiento, enfrentando la delicada situación con una actitud ejemplar hacia todos ellos, empatizando con su sufrimiento y abrazándose a las víctimas y damnificados.
La anunciada visita de los Reyes de España a Paiporta, zona cero de la tragedia, derivó en unos incidentes lamentables, con el lanzamiento de objetos, bolas de barro y la profusión de insultos a la comitiva encabezada por sus Majestades. En un gesto de gallardía que será recordado por todos los españoles, el propio Rey apartó a sus escoltas para dirigirse directamente a los vecinos indignados, hablar con ellos, intentar calmarles y ofrecer la máxima cercanía en unos momentos especialmente difíciles.
Al mismo tiempo, la reina Letizia hacía lo propio con otras vecinas con la cara manchada por el barro lanzado por un grupo de incontrolados. Fueron momentos de máxima tensión, en el que ambos prefirieron asumir un alto riesgo físico con gran ejemplaridad al entender que debían atender la indignación social sin ambages. En todo caso, la situación de abandono que han sufrido miles de afectados por la DANA por la deficiente gestión autonómica y del Gobierno central jamás puede justificar actos violentos de minorías, ni mucho menos los intentos de agresión a las máximas autoridades del Estado.
La indignación máxima estaba directamente dirigida contra Pedro Sánchez y Carlos Mazón, en esta ocasión máximos exponentes de los dos principales partidos nacionales. La crispación política, el empecinado esfuerzo por marcar las diferencias y la búsqueda del enfrentamiento gratuito ha llevado a la población a una situación de cansancio y a reconocer que lejos de observar cómo administraciones de distinto color político se tienden la mano continúa prevaleciendo un incompresible deseo de búsqueda de la rentabilidad partidista.
Se equivocan el PSOE y el PP si no alcanzan a comprender que en situaciones de emergencia y drama vital no caben las limitaciones ni la cortedad de miras que nacen desde la estrategia política. Ante los graves efectos de la DANA, la población española, inmersa en una ejemplar actitud solidaria, no entiende de partidos ni de política, solo comprende la urgencia por ayudar a alguien que está sufriendo.