El Real Madrid: 'Pues ahora no respiro'

Cuentan las fuentes con el agua más fresca, que el Real Madrid comenzó a olerse la tostada durante el domingo de resaca, cuando no había aspirinas para calmar la migraña del sábado noche: Vinícius no ganaría el Balón de Oro. Las tornas habían cambiado y el premio apuntaba a Rodri.

Y así, el club de fútbol más universal y galardonado, que cuando pierde da la mano, optó durante la mañana del lunes por la decisión más madura: 'Si Vinícius no gana, no voy a la gala y el Balón de Oro deja de existir para mí'. Esto es, hablando claro, una rabieta de niñato. Que lo hicieran en su día Messi y Cristiano Ronaldo tenía un pase -su historia siempre fue especial-, pero que lo haga el Real Madrid como club es para hacérselo mirar, y especialmente un día como hoy, en el que se presume una fiesta inolvidable para el fútbol español, con Rodri, Aitana y De la Fuente aspirando al mejor día de su carrera. Esto, y sigo hablando claro, se llama falta de respeto.

No entraré a opinar sobre cuan injusticia supone para Vinícius bajarlo del pedestal dados sus méritos deportivos -eso, en la ventanilla de al lado- pero sí me aturde el plantón del Real Madrid, tan infantil como egoísta. La excusa en este caso es sencilla y de manual, el victimismo: el mundo está contra nosotros. Ya saben, esa malvada UEFA se la tiene jurada a Florentino, cerebro de la Superliga, y sirve la venganza en bandeja de oro y redonda.

Nadie en el Bernabéu ha salido a dar explicaciones, y ni mucho menos el jefe, eterno mudo, quizás validando un nuevo capítulo audiovisual del inquietante thriller 'los árbitros nos odian' o buscando la fórmula mágica para que su negocio de aparcamientos y conciertos se solucione. Y es que, incluso a veces, los seres superiores también pierden, y tampoco pasa nada. Un poco de humildad nunca indigesta.

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