Un total de 16 preguntas escritas. Esas son las que ha tenido que responder Teresa Ribera como aperitivo para su audiencia ante el Parlamento Europeo de este martes, de la que previsiblemente saldrá (a falta de la confirmación ante el pleno) como nueva vicepresidenta de la Comisión Europea y también encargada de Competencia. Precisamente la competencia, o la energía, la PAC, el futuro de las ayudas de Estado, la transición ecológica, la digitalización o su cuota de poder como una de los 'números 2' de Von der Leyen son los temas principales en las cuestiones escritas que ya ha respondido la española, y que servirán para vehicular el examen, que tendrá unas tres horas de duración (de 18.30 a 20.30):
El primer bloque de cuestiones tiene que ver con su compromiso con la nueva Comisión, las cuestiones personales y posibles conflictos de intereses, algo que en realidad es importante a la hora de aprobar o no la audiencia. Los eurodiputados también le preguntan por su "independencia", pues el papel de comisaria europea tiene que estar por encima de las siglas partidistas (aunque estas a la hora de la verdad tengan cierta influencia)
"He estado comprometida con la promoción del bien común europeo a lo largo de toda mi carrera profesional, principalmente como funcionario público. Estoy convencida de la importancia de alinear las políticas económicas y medioambientales para proporcionar beneficios sociales, prosperidad económica y ganancias de competitividad, así como protección del medio ambiente. Garantizar una transformación sólida y eficaz de la economía requiere un amplio apoyo de la sociedad basado en el diálogo y en un amplio consenso", recoge el primer párrafo de las respuestas de la todavía vicepresidenta del Gobierno.
En 16 páginas de respuesta Ribera también se compromete con las prioridades de la Comisión Von der Leyen y se define a sí misma como una persona "disciplinada" en el trabajo, algo que prece decisivo para ser la 'número 2' del Ejecutivo comunitario. "No existen conflictos entre mi trayectoria personal y profesional y las responsabilidades que asumiría. No tengo intereses privados ni en el mundo financiero ni en el empresarial. Soy plenamente consciente de la responsabilidad que asumo, y no hay ni habrá nada que me desvíe del principio de neutralidad", concluye.
Sus deberes y la cooperación con el Parlamento
En general, Ribera asume una buena colaboración con la Eurocámara. "Me comprometo a mantener continuamente informado al Parlamento Europeo sobre los ámbitos bajo mi responsabilidad", asume, pues considera que el trabajo de la UE tiene que ser común. "Juntos, tenemos que trabajar más rápido y más lejos por la prosperidad sostenible y la competitividad de Europa. Debemos esforzarnos por lograr una transición limpia, justa y competitiva que beneficie a todos los ciudadanos, garantizando que los mercados funcionen mejor para los consumidores y las empresas europeas. Para ello es necesario utilizar todos los instrumentos disponibles respetando plenamente los Tratados de la UE de forma coherente y coordinada", expresa como resumen de su porfolio.
La política de Competencia
Si pasa el examen, Teresa Ribera será la nueva Margrethe Vestager, el azote de las grandes tecnológicas como Amazon, Google o Meta. La política de Competencia, por tanto, seguirá siendo un pilar fundamental para la Unión. "Al garantizar unas condiciones justas y unas reglas de juego equitativas en el mercado único, contribuye a reducir los precios, a acelerar la innovación y a aumentar la resiliencia de la economía", comienza respondiendo la candidata española, que reemplazaría a Josep Borrell en la Comisión.
"Esto ayuda a que Europa sea más competitiva en la economía mundial, en particular en los sectores más innovadores, y apoya a la UE en la transición hacia la neutralidad climática. Lo mismo puede decirse de la transición justa: confiar en los mercados competitivos nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos más rápidamente, de forma más justa y eficiente, sin dejar a nadie ni a ningún lugar atrás", termina. En este punto Ribera necesitará talante y capacidad negociadora, que también asegura tener, aunque necesitará profundizar mucho más durante el examen: además de la preguntas escritas entrará en un debate importante con los eurodiputados.
Confiar en los mercados competitivos nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos más rápidamente, de forma más justa y eficiente, sin dejar a nadie ni a ningún lugar atrás
Las ayudas de Estado y el informe Draghi
Con lupa van a mirar el papel de Ribera sobre la reforma de las ayudas estatales, que se ha convertido en una urgencia para el bloque comunitario. "No podemos permitirnos carreras de subvenciones entre Estados miembros, en las que los más grandes y ricos perjudiquen a los más pequeños y menos ricos. Tenemos que promover ecosistemas industriales sostenibles en beneficio de toda la UE", avisa la española en sus respuestas y apuesta por "simplificar y agilizar los procedimientos de evaluación de las ayudas estatales". Es un momento en el que la Unión no tiene tiempo que perder: "No podemos permitirnos retrasar el apoyo público a la transición energética ni las medidas para descarbonizar la industria europea y permitir su competitividad".
Y ahí llega otro de los grandes retos para Ribera. "Desarrollaré un nuevo marco de control de las ayudas estatales que permita a los Estados miembros proporcionar ayudas estatales rápidas y eficaces", asume. La UE tiene que ser "eficiente" para poder competir en un escenario en el que tanto China como Estados Unidos están reforzando ese apoyo estatal, y la IRA estadounidense -la normativa de apoyo a empresas- ya abrió una importante brecha entre Bruselas y Washington durante la pasada legislatura.
Ribera, en general, tendrá que seguir la línea marcada por el informe Draghi sobre la competitividad de la UE. Lo ve con buenos ojos, y cree que el diagnóstico es correcto, pero advierte de que las medidas nuevas tienen que convivir con las ya existentes, como la Ley de Mercados Digitales y la Ley de Servicios Digitales, claves precisamente en la política de Competencia de la UE. "Aunque la aplicación de las normas de competencia no es como tal una herramienta antiinflacionista, y no puede abordar directamente los factores de inflación como la escasez o los picos de demanda, puede garantizar que los operadores del mercado no se aprovechen de situaciones de choque para aumentar los precios por encima de los niveles competitivos o para mantener los precios artificialmente altos cuando las circunstancias del mercado vuelven a la normalidad y los precios deberían haber vuelto a bajar", añade Ribera.
Energía y transición ecológica
El mercado energético sigue siendo una caja abierta para la UE y Ribera sabe que ahí las reformas no han terminado. "El aumento y la volatilidad de los precios de la energía son uno de los mayores frenos a nuestra competitividad y a la capacidad de crecimiento de nuestras industrias, como pone de relieve el Informe Draghi", admite la española, que se compromete a que la energía sea "asequible" para empresas y hogares, y que pone como ejemplo el mecanismo ibérico aprobado hace casi dos años para España y Portugal. "Creo que nuestra mejor estrategia para conseguir que la energía sea asequible es completar la transición hacia una energía limpia y construir una Unión de la Energía sólida lo antes posible", expone en este sentido.
En este punto, Ribera dice que presentará un Plan de Acción para una Energía Asequible, como parte del Acuerdo Industrial Limpio, "que abordará todos los componentes de los precios de la energía, incluida la fiscalidad, y los mercados financieros , el desarrollo de acuerdos de compra de energía". La reforma del mercado eléctrico necesita, a ojos de la candidata, de una profundización, con una mayor amplitud para las renovables. "Velaré por que los Estados miembros agilicen y simplifiquen los procedimientos de concesión de permisos, reduzcan la carga burocrática y apliquen debidamente las disposiciones legales para el despliegue de energías renovables en edificios nuevos y renovados", sostiene también, asumiendo que los impuestos sobre la energía "tienen que ir en línea con los objetivos" que se marque la UE.
La Política Agraria Común y sus reformas
No faltan menciones en las respuestas de Ribera a la Política Agraria Común (PAC), que no solo es decisiva para la UE sino muy importante para España. Es un signo también de competitividad. "Los agricultores merecen unos ingresos justos y deben recibir ayudas, incentivos y recompensas por la provisión de bienes públicos", admite la vicepresidenta. Pero Ribera deja claro que esto tiene que ir de la mano de la política climática. El marco existente permite "una mayor ambición medioambiental", deja claro. "Trabajaré con los Estados miembros para que puedan hacer uso de las normas vigentes sobre ayudas estatales, que establecen un marco específico, recientemente revisado, y una exención por categorías para los sectores agrícola y forestal y las zonas rurales", sostiene.
Sobre todo esto se profundizará este martes en el hearing de Teresa Ribera. La nueva era, como dijo Von der Leyen, exigirá una mayor "coordinación" entre comisarios, pues muchos se pisan y reparten temáticas. Ribera está en el escalafón por encima de otros nombres como el comisario de Energía, el danés Dan Jorgensen, o el de Clima, el neerlandés Wopke Hoekstra. La presidenta no quiere horizontalidades ni perfiles que le hagan sombra, pero eso se aplica también en otros ámbitos. Ahora, la realidad es que el papel de la española puede ir en contra de la razón de ser de la Comisión Europea 2024-2029. El tanto que se ha apuntado España es positivo en la teoría; pero en la práctica Ribera no lo tendrá tan fácil.