Los peligros para la visión que conlleva frotarse los ojos con frecuencia

Frotarse los ojos es un gesto relativamente frecuente que hacemos prácticamente sin darnos cuenta. Lo que puede ser una pequeña manía o una mala costumbre puede convertirse en patologías más serias y afectar de manera irreversible a la córnea si no evitamos el rascado frecuente.

“Puede ser un riesgo para la salud y provocar daños oculares, muchas veces leves o moderados, pero en algunas ocasiones más severos, llegando incluso a producir lesiones irreversibles que pueden comprometer la visión”, explica el jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Quirónsalud San José, el Dr. Nabil Ragaei Kamel.

Cuando nos frotamos los ojos se estimula momentáneamente la producción de la lágrima y se lubrica el ojo. No obstante, esta sensación de calma temporal “somete al ojo a un trauma que puede alterar la superficie e inducir patologías como distorsión de córnea, úlceras o infecciones”, explica el doctor.

Por ello, debemos acostumbrarnos a buscar alternativas cada vez que nos escuezan o piquen los ojos. Mantener una buena higiene de ojos y párpados y aplicar frío alrededor, así como evitar la exposición a factores irritantes y a alérgenos son sencillas estrategias de prevención para dejar de frotarnos los ojos y eludir riesgos derivados. Aliviarlos parpadeando con más frecuencia o aplicar suero fisiológico o lágrimas artificiales son otros remedios accesibles.

Riesgos y causas

Todos los grupos de edad pueden sufrir riesgos. Sin embargo, debemos hacer hincapié en los niños y adolescentes, sobre todo si tienen astigmatismo, “para evitar que el rascado les haga inducir o progresar patologías como el queratocono, que en estados avanzados puede afectar de manera irreversible a la córnea”, indica el experto. Igualmente, las personas mayores con párpados más laxos sufren más riesgo de ptosis o caída de párpados y pueden ver reducida su visión.

La exposición a irritantes oculares, el estrés, el cansancio o el uso intensivo de pantallas pueden inducir al escozor que nos lleva a frotarnos los ojos. Otras alteraciones como la fatiga si no estamos bien graduados, la sequedad ocular, las alergias u otras afectaciones en los párpados nos pueden conducir a esta tendencia.

Consecuencias y posibles lesiones

La suciedad en las manos puede llevar a los ojos una gran cantidad de gérmenes como bacterias y virus y producir infecciones oculares como conjuntivitis o infecciones de la vía lagrimal. Asimismo, también constituye una de las vías de contagio de infecciones sistémicas como puede ser el COVID-19.

La suciedad en las manos puede producir infecciones oculares

Algunas personas con miopías altas o con enfermedades de la retina pueden aumentar el riesgo de desprendimiento de retina al frotar fuerte los ojos. El rascado de ojos, además, puede generar queratocono, una patología que “causa adelgazamiento y deformidad en la córnea”, señala el especialista. Además de tener un componente genético, está muy relacionada con el frotamiento de los ojos, puesto que “altera la estructura de la córnea induciendo su deformidad, aumentando las graduaciones y afectando de manera irreversible a la visión”.

Afectación en los párpados

En el mejor de los casos, el rascado puede producir lesiones borrosas por lesiones superficiales como queratitis o úlceras que con tratamiento no suponen un problema mayor. Sin embargo, en otras ocasiones se pueden producir lesiones severas como úlceras más profundas o queratoconos avanzados “que pueden dañar la córnea de forma irreversible y afectar a la visión de manera muy importante”, agrega el Dr. Ragaei.

El rascado puede producir lesiones borrosas por lesiones superficiales

Los párpados también pueden verse afectados. Frotarse los ojos puede provocar “eccemas, blefaritis, aparición de bolsas y ojeras de forma prematura y complicaciones de cirugías previas como las de glaucoma, cataratas, cirugías de párpados y cirugías refractivas”.

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