Las marcas de tecnología prueban, introducen variaciones, buscan nuevos nichos, hacen experimentos… Un poco de todo eso hay detrás de los Nothing Ear (open), unos llamativos auriculares con los que la compañía británica, siguiendo con su espíritu de plasmar productos diferentes, ofrece una opción distinta y abre otro camino en su repertorio de audio.
Nothing se ha especializado en los auriculares in-ear, que penetran en el oído (sus almohadillas de silicona). Una vía de la que se desmarcó con los vistosos Nothing Ear (stick), de cabezal duro y que no entraban tanto en el canal auditivo (half in-ear). Los Nothing Ear (open) llevan más allá la cuestión del cambio respecto a lo habitual al apostar directamente por el diseño abierto.
Su dispositivo de debut en la categoría OWS (Opean Wearable Stereo) cuesta 149 euros, un precio asumible aunque elevado considerando que implican el mismo desembolso que los Nothing Ear, sus auriculares de referencia, de rango superior.
Especificaciones técnicas principales de los Nothing Ear (open)
- Driver dinámico de 14,2 mm
- Diafragma de tereftalato de polietileno recubierto de titanio
- Batería: 635 mAh (estuche) y 64 mAh (cada auricular)
- Autonomía de hasta 30 horas
- Tecnología Clear Voice para llamadas nítidas
- Conectividad: Bluetooth 5.3
- Compatibilidad con Android 5.0 y superior y iOS 13 y superior
- Uso con la app Nothing X
- Peso: 8,1 gramos (cada auricular) y 62,4 gramos (estuche)
- Resistencia: IP54
- Precio (momento del lanzamiento): 149 euros
Diseño de los Nothing Ear (open)
La primera imagen del producto, que como buen anticipo mostraba solo una parte para crear misterio, motivó elucubraciones sobre el tipo de auriculares que iban a ser. No son de diadema como llegó a pensar más de uno pero desde luego su forma y estilo sorprenden, algo muy Nothing. Este efecto se produce tanto por lo chocantes que pueden resultar para los usuarios no familiarizados con los OWS como por el giro que entrañan dentro de que a la vez se detecta la esencia reconocible del fabricante.
Su distintivo diseño transparente viene en esta ocasión acompañado de unos ganchos de silicona adaptados a la ergonomía de la oreja, a la que se sujetan. Gracias a esta plasmación, los auriculares se posan sutilmente cerca del oído, resultando en ese sentido menos 'invasivos'.
Son bastante cómodos y dan la sensación de que se escucha música sin llevar nada, aunque al acabar la sesión el 'roce' en la parte superior de la oreja puede 'cansar' un poco. Se colocan con facilidad, si bien previamente hay que cogerles el truco a sus agarres de silicona y a la posición en la que quedan.
Asimismo, su diseño presenta ligeros problemas para los que tienen un oído normal y otro 'raro', ese al que siempre se le acaba moviendo la almohadilla del earbud. A pesar de que no se caen, en ese oído el auricular puede notarse y sentirse suelto.
Estas impresiones enlazan con el hecho de que el concepto de auriculares y la materialización efectuada por Nothing requieren una pequeña fase de acostumbramiento si uno apenas ha salido del cauce de los in-ear.
Por ahora se comercializan en un elegante color blanco, favorecido por el contraste que otorga el gris de la gruesa parte final del gancho. Cada auricular pesa 8,1 gramos. Fieles a los rasgos estéticos Nothing, el izquierdo se distingue por el puntito blanco y el derecho, por el rojo.
Sonido de los Nothing Ear (open)
Si de base no pasan desapercibidos, los Nothing Ear (open) seducen por la experiencia sonora que deparan, la faceta en la que de verdad sorprenden. En esta calidad, que habla bien de su software y de su hardware, intervienen entre otros aspectos su diseño interno, su diafragma personalizado con revestimiento de titanio y su driver dinámico de 14,2 mm.
La inmersión promovida se conjuga con el factor de que al mismo tiempo el usuario atiende a lo que ocurre en el entorno, escucha lo de fuera. Por lo tanto, permiten descubrir que esta doble vía, propia de los auriculares de diseño abierto, también entraña su agrado.
En esa línea, constatan que hay vida más allá de la tan demandada cancelación activa de ruido, un reclamo fundamental de los in-ear. Por sus características, los Ear (open) carecen de ANC, la cual en este caso no se echa en falta salvo cuando el ruido externo es excesivo.
Su condición no impide la nitidez en las llamadas, mérito de la tecnología Clear Voice 3.0 y de sus micrófonos duales.
Ajustes y funciones de los Ear (open) en Nothing X
Como los dispositivos previos de la marca, los Nothing Ear (open) funcionan pulsando una, dos, tres veces o prolongando la pulsación. Para sacarles jugo y acceder a los ajustes, requieren la instalación en el móvil de Nothing X, que retiene su atractivo y su perfil intuitivo.
Además de los controles para configurarlos al gusto, en la mencionada app se halla el ecualizador, disponible en dos versiones, la simple y la avanzada, esta segunda destinada a los Pro en sonido.
Contemplan tres funciones avanzadas: el modo de latencia baja, la conexión doble y la clásica para encontrar los auriculares. Un repertorio más reducido que el presente en los Nothing Ear y en los Nothing Ear (a). Siguiendo en el terreno de lo avanzado, aparte conviene reseñar que están preparados para usar ChatGPT.
Autonomía de los Nothing Ear (open)
Por el tipo de auriculares (principalmente por los ganchos de silicona), el estuche de carga no se ajusta a la habitual cajita y es más alargado. A pesar del componente, exhibe un perfil estilizado (19 mm), grosor bajo para tratarse de unos OWS. Su tapa, transparente, remite a la de los Nothing Ear (a) y le confiere un aspecto de pastillero coqueto.
Con las paradas técnicas dentro del estuche (batería de 635 mAh) cuando no se usan, los Nothing Ear (open) pueden aguantar hasta 30 horas antes de recurrir al cable. Un alcance satisfactorio. En solitario llegan a las ocho horas. Unos valores similares a los que ofrecían los Ear (stick).
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