En una sociedad hiperconectada donde desde que nos despertamos por la mañana hasta que nos acostamos por la noche estamos pendientes de una pantalla, en los últimos tiempos está creciendo, sobre todo entre los jóvenes, el interés por los llamados dumbphones o teléfonos 'tontos' con el objetivo de desconectar del uso intensivo de la tecnología y de sus efectos negativos sobre la salud.
Cuando hablamos de teléfonos 'tontos' nos referimos a aquellos dispositivos móviles que solo sirven para llamar y enviar y recibir mensajes de texto. Su valor añadido para estos nuevos clientes radica precisamente en que no tienen acceso a internet y, por tanto, no hay manera de conectarse a Facebook, Instagram o TikTok, navegar por la red o descargarse aplicaciones. Otros atractivos que ofrecen son su mayo durabilidad, capacidad de batería y su precio económico: por menos de 30 euros puedes comprar un buen teléfono frente al elevado coste de los móviles inteligentes.
Un reciente estudio de SPC, compañía tecnológica española que desarrolla productos de electrónica de consumo, ha revelado que esta tendencia está al alza en España y que hasta un 12,2% de los jóvenes ha optado por cambiar su smartphone por un dumbphone y un 19,5% conoce a alguien que lo ha hecho. Otras fuentes han precisado que esta práctica ha sido especialmente significativa en los miembros de la llamada Generación Z -personas nacidas entre 1995 y el año 2010-, quienes no conocen la vida sin internet ni redes sociales.
"La investigación que hemos llevado a cabo nos ha permitido profundizar en un movimiento que hasta ahora no había sido analizado con detalle, revelando cómo cada vez más jóvenes se suman a la tendencia de détox", señala Irene Manterola, Directora de Marketing de SPC.
El informe (Estudio Generación SPCial sobre hábitos de desconexión digital de los jóvenes españoles), llevado a cabo entre 1.000 españoles entre 18 y 35 años, asegura que en nuestro país la media de uso diario del smartphone está en torno a las cinco horas diarias, ya sea para redes sociales, mensajería instantánea, videollamadas o simplemente como herramienta de trabajo.
Eso supone que más del 20% de nuestro tiempo lo pasamos pegamos a los teléfonos inteligente. Esta circunstancia ha generado una creciente preocupación por el uso excesivo de estos dispositivos y su papel clave en la adicción a las redes sociales.
No en vano, diversos estudios, como el realizado por la Chicago Booth School of Business, han demostrado que uso intensivo de las de redes sociales activa las mismas áreas del cerebro que las sustancias adictivas, provocando problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión.
-- Un teléfono para estar mejor.
No tiene redes sociales y tampoco internet. La pantalla es tinta-electrónica como Kindle. Sirve para hacer llamadas y mandar mensajes, tiene calculadora y alarma, también mapas y música/podcasts.
Estoy obsesionada: pic.twitter.com/NSR0pALQ3M
— Celeste ----️ (@GiardinelliC) December 11, 2023
Esta situación es especialmente preocupante en los jóvenes que han crecido con la tecnología, como es el caso de la Generacion Z. El estudio Redes sociales y la adicción al like de la Generación Z, de la Universidad San Pablo CEU, realizado por Davinia Martín y Marta Medina, afirma que "algunos miembros de este grupo social afirman sentirse inseguros, enfadados e incluso tristes si no reciben la respuesta esperada (traducida en likes o comentarios pospublicación)" a sus publicaciones en internet.
Además, el documento destaca que "a pesar de que dicen no darle demasiada importancia a la retroalimentación recibida, suelen activar sus notificaciones en las redes sociales para estar a la última de posibles interacciones".
Su demanda crece casi 215% en un año
Por eso, cada vez son más los jóvenes que apuestan por móviles básicos sin conexión a internet. En España, la búsqueda de esos teléfonos para su compra creció casi un 215% entre septiembre de 2023 y el mismo mes de este año, según los datos facilitados en exclusiva por el comparador de precios idealo a este medio.
"Un dumbphone se posiciona como una herramienta perfecta para aprender a seleccionar los momentos de desconexión para que lo sean de verdad y permitir a las generaciones más jóvenes que descubran la experiencia de vivir con menos compromisos y distracciones digitales, tomando un mayor control de su tiempo y de su vida", opina Jorge Flores, fundador de Pantallas Amigas y experto en uso saludable de la tecnología.
"Para aquellos que ya se han criado en un mundo digital e hiperconectado, estos dispositivos ofrecen una experiencia nueva y de gran valor, mientras que para los adultos es una oportunidad de retomar esa desconexión y ser un ejemplo positivo para los niños", concluye.