La indignación vecinal por la gestión de los catastróficos efectos de la DANA en Valencia estalla ante el rey, Sánchez y Mazón

La visita de este domingo de los Reyes, del presidente del Gobierno y del jefe del Consell a Paiporta, zona cero de las catastróficas inundaciones del pasado martes en la provincia de Valencia, derivó en altercados que incluyeron gritos, insultos y lanzamiento de barro a la comitiva. La indignación de los vecinos por lo que interpretan como abandono y desamparo institucional ante la situación que viven estalló con momentos de gran tensión en los que se llegó a temer por la seguridad de las autoridades. De hecho, Pedro Sánchez abandonó la visita al activar su escolta el protocolo, mientras Felipe VI y doña Letizia, así como Carlos Mazón, permanecieron rodeados de damnificados que les mostraron su enorme enfado y desesperación.

Todo comenzó sobre las 13.00 horas, cuando la comitiva se adentró en la calle Mestre Palau de esta localidad del sur del área metropolitana de Valencia. Una turba se abalanzó sobre ellos tirándoles barro al grito de "asesinos". Los escoltas crearon un cordón en torno a los monarcas

para protegerlos y abrieron sus paraguas para evitar la lluvia de lodo, algo que no pudieron hacer del todo, ya que los Reyes acabaron manchados. Fue entonces, en medio de un tumulto marcado por la fuerte tensión y la rabia, cuando Sánchez fue evacuado y un escolta de los monarcas resultó herido con una brecha en la cabeza.

"Se podía avisar y no nos avisaron", se derrumbó una vecina ante la reina, "por eso ha pasado esto". "Muchas muertes, muchas muertes", lamentó,

mientras doña Letizia se secaba lágrimas. "Tres días para que llegue el Ejército, no tenemos ropa, no tenemos comida, no tenemos nada", aseguraron dos mujeres a la reina, a quien expresaron que les estaban "mintiendo". Letizia, visiblemente superada por la situación, confesó: "Tenéis razón".

En otro grupo, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, aguardaba tras el rey con perfil bajo y cara seria escuchando cánticos que pedían su

dimisión. Entonces, en apenas un par de minutos, los vecinos acorralaron a las autoridades formando un círculo a su alrededor y cada vez que el rey intentó seguir caminando hacia adelante, muchos trataron de cortar el paso con palas en la mano. "¡Han muerto niños, no es como la pandemia

que eran ancianos, niños!", lloró un hombre.

En ese momento, en medio de un ambiente cada vez más hostil, llegaron cuatro agentes de la Policía montada para separar a los manifestantes, lo

que desató aún más el nerviosismo general debido a la actitud agitada de los caballos. Tras casi media hora de tensión y gritos, las autoridades se replegaron hacia los coches que les esperaban unos metros más atrás. Mazón se subió a un vehículo y la reina a otro. El rey hizo lo mismo, pero a los pocos segundos cambió de opinión y dijo que quería hablar con los

manifestantes, en concreto con uno al que señaló. Algunos lloraban desconsoladamente y otros le insultaban. Así, fueron pasando dentro del cordón formado por medio centenar de agentes de seguridad y el monarca se fundió en un abrazo con algunos de los vecinos.

Muchos de los manifestantes coincidieron en que la comitiva de autoridades había ido a Paiporta "para hacerse la foto" y que "no era el día" casi una semana después de la tragedia, cuando muchos no han podido retirar aún el barro o las montañas de enseres de sus calles. Felipe VI, tras escucharlos pacientemente, repetía "lo entiendo" o "hacemos lo que podemos hacer".

Tras los altercados de Paiporta, la visita a Chiva, el segundo pueblo afectado al que tenían previsto dirigirse los Reyes, fue suspendida por acuerdo conjunto de las autoridades, aunque su Ayuntamiento recibió el "compromiso" de los Reyes de que visitarán "próximamente" la localidad. Los monarcas presidieron junto a Sánchez y Mazón la reunión del Cecopi en el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat en l’Eliana (Valencia), donde fueron informados de las labores de rescate, desescombro y atención a los damnificados, así como de la declaración del nivel rojo por fuertes lluvias durante la tarde de este domingo en el litoral sur de la provincia.

El rey, en una breve alocución de agradecimiento a los trabajadores del centro, dijo que hay que entender "el enfado y la frustración" de muchas

personas, por "lo mal que lo han pasado" y por la dificultad de comprender cómo funcionan los mecanismos para atender emergencias. "Hay que darles esperanza, atender la emergencia, pero también garantizarles que el Estado, en toda su plenitud, está presente", subrayó el monarca, que se mostró convencido de que la situación "cada día va a ir a mejor". "Gracias por el esfuerzo. Sé que son días agotadores,

que no hay horas, no hay minutos y hay mucha necesidad

que atender. Ánimo, adelante", concluyó.

Por su parte, el presidente del Gobierno rechazó "cualquier

tipo de violencia". "No nos vamos a desviar pese a lo que pueda suceder con algunos violentos absolutamente marginales", afirmó Pedro Sánchez, porque los ciudadanos de Valencia y España, dijo, quieren "mirar hacia adelante, sacar adelante sus vidas con un enorme gesto de responsabilidad y solidaridad". Por su parte, Mazón dijo entender la "indignación social" y añadió: "Por supuesto, me quedo a recibirla. Es mi obligación política y moral", y definió como "ejemplar" la actitud del jefe del Estado.

Desde la oposición, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, agradeció a los monarcas "estar siempre al servicio de los españoles" y coincidió en

calificar de "ejemplar" su comportamiento. Socios de investidura del Gobierno como Podemos ven "normal" el enfado ciudadano por "organizar visitas oficiales" mientras la ayuda "no llega", en palabras de

Ione Belarra. Mientras el líder de Junts, Carles Puigdemont, escribió en redes: "Embarrados hasta la Corona, marcharán con el rabo entre las piernas".

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