"Tengo el mismo contrato que cuando me subieron de la sub-21". Con esa frase, Luis de la Fuente quiso alzar la voz sobre su situación, pues el seleccionador español mantiene el mismo contrato que cuando llegó –nombrado por Luis Rubiales– hace casi dos años después de que Luis Enrique no siguiera al frente de la Roja tras el Mundial de Qatar en diciembre de 2022.
Efectivamente, la situación de De la Fuente es extraña, pero tiene una explicación. La situación de bloqueo que vive la RFEF, sin haber podido convocar elecciones –el TAD echó abajo el último intento– hace que la actual Comisión Gestora no pueda firmar ningún contrato. Entre ellos, el del actual seleccionador nacional.
Ya antes del pasado verano, cuando la RFEF entonces dirigida por Pedro Rocha –ahora inhabilitado– amplió el contrato de Luis de la Fuente, que finalizaba en plena Eurocopa, hubo controversia por el hecho de que la Gestora tomara decisiones deportivas. Finalmente, y por fortuna para la Roja, no hubo ninguna consecuencia legal, el técnico riojano se sentó en el banquillo durante todo el campeonato y España ganó el torneo continental.
La Roja ganó la Eurocopa –también había levantado la Liga de Naciones un año antes– y el prestigio y caché de Luis de la Fuente se ha multiplicado. De ser un técnico de la casa y sin apenas nombre a convertirse en uno de los más cotizados del mercado. Y mientras, De la Fuente con un contrato heredado de cuando dirigía a la sub-21.
"Tengo oportunidades, tengo ofertas, como no podía ser de otra manera. No sería lógico que el vigente campeón de Europa no tenga ofertas. Lo que tampoco es normal es que el vigente campeón de Europa esté sin contrato actualizado", explicó Luis de la Fuente en la el programa El Larguero de la Cadena Ser.
El mensaje no deja de ser una forma de meter presión, pero la realidad de la Real Federación Española de Fútbol es que la Gestora no puede firmar ningún contrato más allá de lo que se considere absolutamente imprescindible. Ampliarle el contrato antes de la Eurocopa para no quedarse sin entrenador en pleno torneo sí que lo era, pero una subida de sueldo –por mucho que De la Fuente lo merezca– parece ya competencia de un presidente electo.
En cualquier caso, el mensaje que manda la RFEF es de tranquilidad. La visita de FIFA y UEFA la semana pasada fue una medida de presión para que por fin haya elecciones, que deberían ser convocadas en menos de un mes y tendría que haber un nuevo presidente antes de que finalice 2024. Será entonces cuando De La Fuente tendrá a quién exigir su merecida subida salarial.
