Se acabó la negociación para reducir la jornada laboral. Casi un año después de que el Ministerio de Trabajo se sentara por primera vez con sindicatos y empresarios, el departamento que lidera Yolanda Díaz ha dado carpetazo a una mesa de diálogo que apenas ha registrado avances. El resultado es que el Gobierno irá solo de la mano de los sindicatos con esta iniciativa, que pretende llevar a Consejo de Ministros de forma inminente.
Se trata de un nuevo acuerdo solo a dos bandas en el que la patronal no estará presente. La CEOE de Antonio Garamendi se ha opuesto en todo momento a una medida que consideran una imposición a la libertad de las empresas y que creen que se debe negociar en los convenios colectivos, no por ley.
Las ayudas a las empresas y otras medidas de flexibilidad que ha propuesto Trabajo a lo largo de la negociación no han resultado aliciente suficiente para atraer al sector empresarial. Al tratarse de un pacto solo a dos bandas, el departamento de Díaz ha confirmado que estos incentivos quedarán fuera de la norma.
"Esperemos a la mayor brevedad posible culminar el acuerdo y trasladar al Consejo de Ministros el anteproyecto de ley que reducirá la jornada máxima legal", ha expresado el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey. "La patronal dice no y se queda sola", ha señalado el número dos de Díaz en el ministerio, que ha acusado a la patronal de moverse por "intereses ideológicos y partidistas" y no por los intereses de las empresas.
Superada la fase de negociación, el Gobierno se enfrenta ahora al siempre incierto trámite parlamentario, donde el delicado equilibrio de fuerzas no garantiza que la reducción de jornada vaya a sobrevivir el filtro del Congreso. Trabajo negocia desde hace meses con Junts y el PNV, los dos socios de la coalición más reacios a la medida y que más escuchan al sector empresarial.