Ferraz deriva al PSOE-M la batalla contra Lobato pero prepara su ofensiva para después del Congreso Federal

La calma antes de la tormenta. Eso es lo que se vivirá en el PSOE en los próximos días respecto a la batalla —ya pública— entre Ferraz y el líder de la federación madrileña, Juan Lobato, después de que este acudiese a un notario para levantar acta de una conversación de WhatsApp con Pilar Sánchez Acera, exjefa de gabinete de Óscar López en Moncloa, sobre unos correos de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Ni impedirán a Lobato acudir al Congreso Federal del partido de este fin de semana ni actuarán contra él al menos hasta que el cónclave haya terminado y Lobato haya testificado ante el Tribunal Supremo. Eso sí, lo que haga Ferraz a partir del domingo ya es otro asunto: la Dirección socialista tendrá que sacar a la palestra a su caballo de batalla en las primarias del partido en Madrid puesto que el día 7 de diciembre es el límite para presentar las candidaturas a liderar el PSOE-M en los próximos años.

De momento, a 72 horas de un congreso que prometía ser tranquilo, el panorama socialista está más tenso que nunca. Lobato, lejos de dejar el partido, ha plantado la batalla ante las críticas internas y ha puesto las cartas sobre la mesa denunciando un "linchamiento" desde su propio partido. Pero quien ha respondido al envite no ha sido la Dirección del PSOE, sino el sector crítico de la federación socialista madrileña. Reyes Maroto, portavoz municipal del PSOE y exministra de Pedro Sánchez, exige a Lobato que convoque de manera extraordinaria y urgente el comité ejecutivo regional para que sea la militancia la que decida sobre su cargo. "Tiene que volver a ganarse la confianza de los socialistas madrileños", sentenció este martes Maroto, que consideró que su compañero ha sido desleal con Pilar Sánchez Acera al acudir al notario con sus mensajes de WhatsApp.

Con ello, los afines a Pedro Sánchez dentro del PSOE-M se posiciona en la primera línea de la ofensiva contra Lobato de cara a la batalla por el liderazgo del partido, mientras oficialmente Ferraz espera en la retaguardia hasta pasado el Congreso Federal. Fuentes de la Dirección socialista no creen que "actuar" antes del cónclave tenga algún sentido. "No vamos a meternos en una guerra", apuntan, al tiempo que descartan cualquier movimiento para evitar que Lobato encabece la delegación del PSOE-M que irá a Sevilla, puesto que ya está elegida. “No vamos a entrar“, se reafirman.

Además, el pistoletazo de salida del Congreso coincide con la citación del líder del PSOE-M para testificar en la causa contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por las referidas filtraciones. De momento, la Dirección de partido subraya que Lobato no ha acusado todavía a Moncloa, aunque dejan la puerta abierta a lo que este pueda decir el viernes. Apuntan a un desconcierto generalizado después de que el líder del PSOE-M acudiese al notario "a pasar declaración" de una compañera de partido y, en este caso, de Ejecutiva. "Estamos sorprendidos", señala una fuente de peso en Ferraz. "Se ha hecho la víctima", opina otra fuente solvente dentro de la Ejecutiva.

Aunque pocos hacen cábalas sobre el movimiento de Lobato, fuentes de Moncloa consultadas por Ep consideran que acudió al notario para tener una baza con la que defenderse en el caso de que le quisieran descabalgar del liderazgo del partido. Una decisión que consideran "estúpida" porque le perjudica tanto a él como al resto de implicados.

Con todo, ni el Gobierno ni Ferraz fueron conscientes de nada hasta el mismo domingo antes de que se publicase la información de ABC, cuando Lobato avisó a Santos Cerdán de que iba a salir a la luz y también le informó de la nota que envió al periódico aclarando que ni a él ni a Sánchez Acera le habían llegado el correo de González Amador a través de la Fiscalía, sino que la información la tenían los medios. Y una cosa quiere dejar clara el PSOE: aseguran que fue Lobato el que eligió de manera autónoma su estrategia de defensa, dando a entender que no hubo presiones para que dijese que la información provenía de los medios.

En cualquier caso, la directriz en Ferraz es clara: no se meterán de lleno en la batalla contra Lobato hasta la semana que viene, si bien, derivan al PSOE-M toda la carga de las críticas y de las decisiones sobre la delegación que acuda al Congreso del PSOE. No dan por hecho que la encabece Lobato, solo se limitan a decir no quieren entrar en el cuerpo a cuerpo. Para ello ya está el sector crítico del PSOE-M, que se pregunta quién se pondrá detrás de Lobato si encabeza la delegación que acudirá a Sevilla.

De momento, detractores y defensores del secretario madrileño aún no se han visto las caras, tendrán esperar hasta el viernes, un día clave en esta batalla por el liderazgo de la federación socialista madrileña, cuyo congreso está previsto para el 5 de diciembre y el proceso de primarias comenzará dos días más tarde para culminar el 11 de enero. Para entonces, ya se sabrá si Lobato ha aguantado el pulso o si Ferraz ha tomado la batuta tras la montaña rusa en la que se ha convertido la lucha por el liderazgo del PSOE-M.

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