España y Portugal examinarán el estado de sus intensas relaciones transfronterizas en la 35ª Cumbre Luso-Hispana que se celebra este miércoles en la localidad lusa de Faro, en la que se firmarán acuerdos relativos a la gestión y disponibilidad del agua de dos de los ríos que comparten ambos países, el Tajo y el Guadiana, y a la que el Gobierno español acude con la expectativa de poder seguir avanzando en la construcción de la línea de tren de alta velocidad entre Lisboa y Madrid, que debería estar terminada antes del Mundial de Fútbol de 2030 que organizarán los dos países junto a Marruecos. Al menos por la parte española, el ministro de Transportes, Óscar Puente, se comprometió este martes a que el recorrido entre Madrid y Badajoz estará terminado para esa fecha.
La confirmación del proyecto o las fechas de ejecución no figuran en la declaración de la cumbre bilateral en la que, por la parte española, participarán el presidente, Pedro Sánchez, las tres vicepresidentas y otros ocho ministros. Se trata de una reunión anual y, a diferencia de los últimos años, no se encontrarán dos gobiernos del mismo signo político porque el socialista António Costa fue relevado en abril por el actual primer ministro, Luis Montenegro, de centro-derecha.
En Madrid se asegura que el cambio de Gobierno en Portugal no ha afectado unas relaciones bilaterales especialmente intensas entre dos países que comparten la mayor frontera de la UE, una raya de 1.200 kilómetros en la que se dan intensas relaciones transfronterizas entre vecinos y administraciones y también con interconexiones energéticas, ferroviarias o de gestión del agua. Prueba de ello es que a lo largo de la mañana en la que se celebrará la Cumbre bilateral, está previsto que Montenegro acompañe a Sánchez al ayuntamiento de Faro, donde recibirá la llave de la ciudad de manos de su alcalde, el también político de centro derecha Rogério Bacalhau.
Ave Madrid y Badajoz y quizá hasta Lisboa
No se prevé un acuerdo sobre el trazado de la línea de AVE entre Madrid-Lisboa entre la más de una decena de acuerdos que firmarán los distintos ministros de ambos países -13, en el caso de Portugal, por una distinta distribución de las carteras ministeriales- que figuran en una declaración final que todavía se estaba ultimando este martes. Sin embargo, no deja de ser una de las aspiraciones de España, que cree que esta nueva línea de AVE para el Mundial de Fútbol como en su día representó el primer AVE, que unió Madrid y Sevilla en 1992 y se inauguró con motivo de la Exposición Universal en la capital andaluza de aquel año.
Este martes en el Senado, Puente sí comprometió el trazado de esta línea que en territorio español, hasta la frontera portuguesa, lo que también supondría llevar por fin la alta velocidad a Extremadura. "No me gusta comprometer fechas pero el Gobierno se compromete a que en 2030 todo el trazado entre Madrid y Badajoz podrá recorrerse en tren de alta velocidad, Extremadura tendrá alta velocidad antes de 2030 y ese es el compromiso de Pedro Sánchez", aseveró en respuesta a la pregunta de la senadora del PP Carmen Riolobos.
La apuesta por este trazado es, al menos desde la parte española, compatible con la otra línea para unir España y Portugal con alta velocidad, entre Oporto y Vigo, que a menudo choca con los planes portugueses de construir su propia red nacional de alta velocidad. Para el Gobierno español, las dos líneas para unir España y Portugal por Vigo y Madrid son compatibles.
Acuerdos sobre el agua del Tajo y del Guadiana
Sí se plasmarán en el texto de los acuerdos dos cuestiones relacionadas con el agua y con la manera de gestionar y retribuir el de dos de los cinco ríos que comparten los dos países, en una cumbre centrada en el agua cuando acaba de celebrarse el 25 aniversario del Convenio de la Albufeira por el que en 1998 los dos países acordaron administrar conjuntamente el Miño, Limia, Duero, Tajo y Guadiana.
Por una parte, la Cumbre refrendará al máximo nivel el acuerdo que cerraron el mes pasado la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, y la ministra portuguesa de Medio Ambiente, María da Graça, por el que España pagará a Portugal una cantidad anual que se estima de unos dos millones de euros al año por uso que los regantes españoles hacen del agua del Guadiana embalsada en el pantano portugués de Alqueva. Este acuerdo, de Montenegro calificó de "histórico" el domingo pasado, disipa la reclamación lusa de hasta 40 millones por una deuda histórica por el uso de ese agua.
Por otra parte, los dos gobiernos han alcanzado un acuerdo, que firmarán en Faro, para "garantizar caudales mínimos diarios" del Tajo y de Guadiana, añadió el primer ministro, mediante un acuerdo que fijará cuánta agua puede extraerse de los estuarios de estos dos ríos.