Cuándo regresarán los dos astronautas de la cápsula Starliner a Tierra: así afectan los viajes espaciales al organismo humano

Lo que se esperaba que fuera un viaje de una semana a la Estación Espacial Internacional, se ha convertido en un uno de esos trayectos sin billete de vuelta, porque los astronautas Barry Butch Wilmore y Sunita Suni Williams, permanecen atrapados en la nave debido a varios problemas técnicos, a la espera de que la NASA autorice su vuelta a casa.

Sin embargo, pese a que la misión se ha alargado más de 15 días y su fecha de regreso continua en el aire, ambos cuentan con una larga trayectoria en este tipo de operaciones que les permite mantener la calma: a sus 58 años, Suni Williams es la segunda mujer del mundo con mayor número de días acumulados en una misión espacial -320 sin contar con los actuales-, y su compañero acumula 178 días en el espacio. Pero, ¿cuáles son las consecuencias para la salud pasar tanto tiempo fuera de La Tierra?

El sistema inmunitario se debilita

Tratar de comprender los efectos negativos a corto, medio y largo plazo en el organismo de quienes pasan periodos determinados de tiempo en el espacio es uno de los principales objetivos de diversos grupos de investigación. Entre ellos, destaca el trabajo publicado en 2023 en la revista Frontiers in Immunology que mostró cómo los viajes espaciales afectaban al sistema inmunitario de 14 astronautas durante sus estancias a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).

Entre las conclusiones del trabajo destacaban los cambios genéticos: a los pocos días de llegar a la ISS descendía la función inmunitaria y, tras su regreso a la Tierra, la situación volvía a su punto de partida, lo que indicaba una rápida aclimatación tras experimentar la microgravedad.

Se acelera el envejecimiento

La colección Space Omics and Meidcal Atlas (SOMO) consta de un total de 18 artículos que describen los efectos de los vuelos espaciales en la biología y salud humana tras el estudio de astronautas que han pasado 180 días o un año en la ISS. Estas son algunas de las conclusiones obtenidas:

"Los vuelos espaciales inducen cambios moleculares, celulares y fisiológicos en los astronautas y plantean diversos retos biomédicos al cuerpo humano", señala el equipo de investigación, formado por expertos de Argentina, Canadá, Rumanía, Arabia Saudí o EE UU.

En todos los estudios sobre el tema hay, además, una conclusión común: la función mitocondrial y al regulación inmunitaria sufre un impacto significativo en los vuelos espaciales. Se trata de una cuestión que ya se había abordado anteriormente, pero que con los nuevos hallazgos se consolida.

Estos estudios indican que la microgravedad y la radiación espacial afecta sistemáticamente al organismo, lo que provoca disfunciones a escala celular que repercuten en múltiples órganos, como los músculos, los riñones, el corazón, la piel y los tejidos relacionados con el sistema nervioso central.

"La respuesta sistémica observada en los vuelos espaciales contribuye a aumentar la fragilidad en los seres humanos. Se sabe que el espacio acelera el envejecimiento y muchas enfermedades humanas, y la investigación lo subraya identificando riesgos clave para la salud que pueden ser objeto de medidas preventivas", explica Afshin Beheshti, investigador del NASA Ames Research Center y uno de los autores de varios de los estudios publicados en Nature.

Daños en la piel

Asimismo, los investigadores aseguran que los vuelos espaciales tienen un impacto en la piel de los astronautas y sugieren futuras líneas de investigación para probar posibles alternativas destinadas a mitigar los daños cutáneos causados por las condiciones espaciales.

Los investigadores han descubierto que los viajes espaciales también pueden reactivar virus latentes como el herpes simple, la varicela y el citomegalovirus lo que en el Espacio puede suponer un peligro mayor que en La Tierra, dado que el buen funcionamiento del sistema inmunitario es parte integrante de la salud humana.

Afecciones en el riñón

Otro estudio exhaustivo dirigido por Keith Siew y Ben Walsh, del University College de Londres, detalla por primera vez cómo se ve afectado el riñón en los vuelos por espacio.

De este modo, se ponen sobre la mesa los riesgos en la formación de cálculos renales y de reestructuración de este órgano debido a la radiación cósmica y a la microgravedad, lo que puede provocar importantes problemas de salud relacionados con el riñón asociados a la disfunción inmunitaria y mitocondrial.

Pérdida ósea

En la microgravedad, tanto los músculos como los huesos se debilitan. Estos efectos están interconectados, ya que el debilitamiento muscular acelera la pérdida ósea. Después de aproximadamente 240 días en el espacio, la fuerza total de los astronautas se reduce a aproximadamente el 70% de su fuerza inicial. Esto puede provocar anemia, problemas oculares, cambios en la presión sanguínea y disfunciones inmunológicas.

¿Es igual en los viajes cortos?

Con la intención de determinar si, efectivamente, en los viajes cortos los riesgos para la salud son iguales que en los largos, el equipo de Mathias Basner, de la Universidad de Pensilvania, y Christopher Mason, del centro Weill Cornell Medicine presentaron un estudio con información de la misión Inspiration4, en la que cuatro astronautas civiles volaron durante tres días a 590 km de altura sobre la Tierra, una altura superior a la de la ISS (que orbita entre 370 y 460 km sobre la superficie terrestre).

Para esta misión, en la que se utilizaron nuevos equipos y dispositivos de diagnóstico para vuelos espaciales, los autores concluyeron que esta misión de corta duración no supuso un riesgo significativo para la salud de la tripulación, y presentan datos que describen las primeras fases de adaptación al vuelo espacial en el cuerpo humano a nivel anatómico, celular, fisiológico y cognitivo.

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