El miércoles 5 de febrero trascendió a los medios de comunicación que la familia de Óscar Freire, uno de los ciclistas españoles más prominentes del s.XXI, había denunciado su desaparición. Afortunadamente, el cántabro fue localizado poco después sano y salvo. El tremendo susto llegó apenas unos meses después de su polémica con la Real Federación Española de Ciclismo, con la que tuvo una reunión como candidato a seleccionador.
Freire ganó a lo largo de su carrera tres veces el Mundial de Ciclismo en Ruta. Su primer triunfo, en 1999, llegó como una mayúscula sorpresa, dado que estaba apenas en su segundo año como profesional. En 2001 y 2004, el nacido en Torrelavega (1976) repitió la hazaña, situándose como uno de los únicos cinco ciclistas en vestir tres veces el maillot arcoíris.
El cántabro se especializó en el sprint, sumando diversos triunfos en clásicas y campeonatos, pero siempre lejos de los primeros puestos en las 'Grandes Vueltas'. A pesar de haber participado en la Vuelta a España nueve veces, nunca logró terminarla, mientras que en el Tour de Francia, que disputó en ocho ocasiones, tuvo que retirarse en la mitad de sus intentos. Eso sí, como uno de los mejores sprinters de su generación, logró siete y cuatro victorias de etapa en España y Francia respectivamente.
Polémica con la Federación
Durante los últimos meses, las principales referencias públicas de Óscar Freire han sido en referencia a su rifirrafe con la Real Federación Española de Ciclismo. El exdeportista cántabro aseguró que un acuerdo para convertirse en el seleccionador nacional "estaba hecho".
Sin firma en ningún papel, la Federación se decantó finalmente por Alejandro Valverde. "Me he enterado por los medios. La realidad es que, a partir del [8 de diciembre], yo iba a ser el seleccionador", aseguró en su momento en El Partidazo de COPE.
Sus otras pasiones
Freire siempre fue un aficionado al mundo del motor. Después de retirarse, llegó a competir en el Mundial de Rallies, tomando parte en el Rally de Cataluña 2017, culminando una serie de participaciones en campeonatos menores, aunque su pasión tiene orígenes mucho más humildes.
El cántabro fue parte de la fiebre del Scalextric, un juego de carreras de coches que se desplazan a través de raíles, propulsados por impulsos eléctricos. Freire compartió el hobby con su hermano, y a tal punto desarrolló sus habilidades que llegó a ser subcampeón de España. "Se me daba bien, es un tema de concentración, de técnica, y esa siempre ha sido una virtud mía", aseguró en una reciente entrevista.
