Paulo Milanesio asegura que trabajar en Gaza le cambió la vida. El argentino de 39 años lleva más de una década trabajando en el sector humanitario en países como Yemen, Camerún, Etiopía, Senegal o Ucrania. Desde hace cuatro años es coordinador de emergencias en Médicos sin Fronteras, y esa fue su labor en la Franja, donde estuvo unos meses organizando todos los equipos hasta el pasado julio. Volvió antes de lo previsto, porque la crudeza de lo que vio y vivió allí le dejó sin fuerzas y con una sensación de impotencia inmensa. "Es una supervivencia constante", relata en una entrevista telefónica con 20minutos.
Licenciado en Ingeniería Civil, se especializó en el sector de abastecimiento de agua y saneamiento en zonas rurales, hasta que vino a España a estudiar un máster en la Politécnica de Cataluña y ya empezó a trabajar con ONGs en desarrollo. Tras una temporada en Mozambique, Guatemala y Camerún, decidió dejar lo que él llama la "parte técnica" para pasar a primera línea de batalla: las emergencias humanitarias, especializándose en conflictos armados y en gestión de seguridad. "Pasé de la ingeniería al sector de salud pública", cuenta.
