Un escolta de Kennedy rompe su silencio a los 92 años y aún se culpa del asesinato: "Algo podría haber hecho"

El mes que viene se cumplen 61 años del asesinato en Dallas (Texas) de John F. Kennedy, el 35º presidente de los Estados Unidos. Cada vez quedan menos testigos en primera persona de lo ocurrido, y uno de ellos es Clint Hill, un anciano de 92 años que aquel día estaba en servicio secreto, justo detrás de la limusina presidencial.

Tal como recoge el Mirror, Hill no hacía declaraciones desde 1975, cuando fue entrevistado en el programa estadounidense 60 Minutes, y en el que se culpó a sí mismo de lo ocurrido y donde dijo que si hubiera actuado "cinco décimas de segundo más rápido", el presidente estaría vivo.

Ahora, Hill ha hablado en en un nuevo podcast titulado Secret Service Agent #9 – 60 Minutes: A Second Look, donde el anciano agente reflexiona sobre la entrevista de 1975 y cuenta cómo lo ayudó a salir de la depresión en la que entró tras el magnicidio.

"Esa fue la cuestión. No hablé con nadie sobre la situación en Dallas, excepto cuando testifiqué ante la Comisión Warren. Les di los hechos. Escribí una declaración para el Servicio Secreto. No lo discutimos como agentes. Nunca hablé con mi familia sobre eso", dijo.

El día del asesinato, Kennedy se encontraba en Dallas en un viaje de campaña previo a las elecciones de 1964. Clint Hill estaba en el estribo del siguiente coche, detrás de la limusina presidencial.

Cuando la comitiva entró en Dealey Plaza, Hill oyó un disparo y vio al presidente agarrarse la garganta. El agente saltó de su coche y corrió hacia la limusina. Mientras subía, una bala alcanzó la cabeza de Kennedy.

Entonces, la primera dama se subió a la parte trasera del coche y Clint Hill la empujó hacia el interior del vehículo, utilizando su cuerpo como escudo mientras la limusina se dirigía a toda velocidad al hospital. Cuando se le preguntó si todavía se culpa por la muerte de JFK, Hill dijo: "Bueno, tal vez hubiera algo que pudiera haber hecho. Ya no sé nada más".

Hill permaneció asignado a la escolta de Jackie Kennedy durante un año, pero ninguno de los dos habló nunca de la muerte de su marido: "Fue duro pasar ese año después de que ocurriera. No hay duda. Nunca hablamos de ello. Ella nunca habló de eso en absoluto. Ese asunto fue evitado y ha sido evitado por la familia Kennedy durante años".

61 años después, el agente todavía no se ha perdonado del todo. Dice: "Mi padre me inculcó que cuando te dan una tarea, la cumples hasta que la terminas por completo. Yo tenía la misión de mantener con vida al presidente y a la señora Kennedy. Sólo mantuve con vida a uno de ellos. Uno murió bajo mi supervisión".

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