Vuelven los días convulsos

En la primavera de 2018, un joven e intrépido líder socialista presentó una moción de censura contra el Gobierno del PP que, por entonces, estaba atrapado en una telaraña de casos de corrupción de la que se veía incapaz de escapar. Aunque ese joven e intrépido líder socialista solo contaba con 84 escaños en el Congreso, consiguió reunir el apoyo de varios grupos parlamentarios para conformar la mayoría absoluta que necesitaba.

Aquel día, Pedro Sánchez se dirigió a la nación desde la tribuna del hemiciclo con palabras certeras e incuestionables, que compartirá cualquier ciudadano decente, al margen de cuál sea su ideología. A saber: "La corrupción actúa como un agente disolvente y profundamente nocivo para cualquier país; disuelve la confianza de una sociedad en sus gobernantes y debilita en consecuencia a los poderes del Estado; pero también ataca de raíz a la cohesión social, en la que se fundamenta la convivencia de nuestra democracia, si a la sensación de impunidad por la envergadura de los hechos que están siendo investigados, y la lógica respuesta lenta de la Justicia, se une la incapacidad de asumir las más mínimas responsabilidades políticas por los actores concernidos".

Han pasado más de seis años de aquellos convulsos días, y ahora vivimos más días convulsos por casos de corrupción que afectan al Gobierno de aquel joven e intrépido líder socialista, que llegó al poder debido a la corrupción de otros, y que, pasado el tiempo, ha visto cómo el prestigioso semanario británico The Economist, en lugar de intrépido, lo califica con adjetivos como despiadado, mucho menos llevadero. Esto no debería preocupar demasiado en Moncloa, salvo porque la propia Moncloa suele hacer gala de la prensa internacional cuando habla bien del Gobierno.

Ni el caso del Tito Berni (ya olvidado en los medios, pero vivo en los tribunales) ni el de Begoña Gómez ni el del hermano del presidente ni el de Koldo-Ábalos se han sustanciado en una sentencia judicial. Los trámites siguen eso que el propio Sánchez dijo en su discurso de la moción de censura contra Rajoy: "La lógica respuesta lenta de la Justicia". Moncloa sí presume de haber dado una rápida y contundente respuesta política, aunque hay datos que cuadran poco con esa afirmación. Sí, Sánchez fulminó a Ábalos del Gobierno y de la dirección del PSOE en 2021, pero nunca explicó el motivo de aquella caída en desgracia. Si Sánchez apartó a Ábalos porque sabía de sus andanzas, ¿por qué no nos lo dice? ¿Y por qué no acudió a los tribunales? ¿Y por qué mantuvo a Ábalos en las listas del PSOE en las siguientes elecciones de 2023? Y, por cierto: ¿cuál de todas las versiones del caso Delcy es la buena?

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