"Surrealista", "pantomima", "un paripé"... españoles afincados en Bolivia creen que el intento de golpe de Estado fue un montaje

Mauricio tiene un acento paceño que nada haría pensar que nació en Andalucía y vivió durante muchos años en Zaragoza. De los aires españoles que se ha llevado hasta La Paz, en Bolivia, quedan resquicios de frases hechas y refranes. "El general Zúñiga mordió el anzuelo", dice a 20minutos sobre el intento de golpe de Estado al Gobierno de Luis Arce de este miércoles. Para este empresario que trata de buscarse la vida en el país "todo estaba armado". Pero él no es el único que lo piensa.

Bolivia amanecía este jueves con las declaraciones del general Juan José Zúñiga tras ser detenido por golpista junto a casi de una veintena de colaboradores. "Arce dijo que la situación está muy jodida. Me ordenó sacar los blindados para levantar su popularidad", señaló el ya exmilitar. sobre un mandatario en horas bajas por la mala economía y sus enfrentamientos con el expresidente Evo Morales. Y esta teoría ha calado de pleno en la gente. También en los españoles afincados allí.

"Nos pilló por sorpresa. Llegamos a casa de comer fuera y una vecina que trabaja para el Gobierno nos avisó. Nos dijo que estaba con sus compañeros encerrada en el Palacio Quemado (sede del Ejecutivo), que compráramos alimentos... y nos asustamos mucho", cuenta a este periódico Nerea, de 36 años y de Jaén. Ella vive en La Paz con su marido, un boliviano que conoció en España, y con sus dos hijos. No trabaja y él, que decidió volver a su tierra para prosperar, ahora tampoco. "Pusimos las noticias y la cosa parecía, efectivamente, un golpe de Estado. Nos preocupamos, mi hijo mayor lloraba del miedo", relata.

Pero la sorpresa de Nerea fue mayor según iba pasando el tiempo. "Dos horas después nos dimos cuenta de que algo pasaba. No era un golpe de Estado normal, no había disparos, no se habían llevado al presidente. Incluso vimos que Zúñiga y Arce se habían reunido, no era creíble", comenta, para agregar que fue entonces cuando se dieron cuenta de que todo "era un show".

Mauricio también tiene claro que "fue una pantomima". "Estos hombrecillos han puesto cuatro tanquetillas haciendo el payaso, echando gases lacrimógenos... ¡tonterías! Es lo que se vive aquí cada día", señala rotundo. "Zúñiga se ha prestado a hacer esto y ahora está pagando los platos rotos", continúa, y destaca que en el país pasan cosas irregulares continuamente como "las injusticias o los presos políticos".

Arce, Morales y la escisión

Lo mismo pone de manifiesto Marcos Vecín, un cómico de 42 años de Ponferrada (León) que lleva 19 en el país. Por su trabajo haciendo monólogos, Vecín está más que puesto en la actualidad política del país, aunque vive en un pequeño pueblo, Samaipata, muy cerca de Santa Cruz de la Sierra, el epicentro comercial. "Se ha hecho un paripé que ha sido muy chistoso", sentencia sin cortapisas y cuenta que cuando Zúñiga tiró las puertas de la sede del Ejecutivo con un tanque, él habló por teléfono con una amiga de La Paz. "Me dijo que le habían dado un par de horas libres en el trabajo y que estaba yendo al gimnasio. La gente ya está acostumbrada a estas cosas", afirma. Aun así, reconoce que la mayoría de la población fue al supermercado a abastecerse de víveres. "Aquí lo hacemos ya por inercia".

Vecín narra la intentona del Ejército de tomar el Palacio Quemado, la posterior detención de Zúñiga y sus declaraciones con cierta sorna y compara el guion del golpe con una serie televisiva de humor. "No sé si fue un autogolpe, una pantomima, una payasada... fue algo tan surrealista...", sentencia, pero no duda en poner de manifiesto que la situación económica y política es complicada y que la razón de ello viene de los enfrentamientos en el seno del Ejecutivo.

"Dentro del movimiento socialista hay una escisión: la rama que va con Arce y la rama que va con Morales. Se acrecentó en 2019, cuando también hubo otro supuesto intento de golpe de Estado", explica. "Morales vuelve de su exilio en México cuando Arce ya es presidente y en algún momento, pese a ser del mismo partido, se separan. La escisión se hace evidente e incluso se hacen oposición dentro del propio partido", añade.

Sin sacar dinero del banco

Según el cómico, esto lleva a un problema que "levanta todas las alarmas": la escasez de dólares. Bolivia, pese a tener su propia moneda (el boliviano) es un país dolarizado, por lo que la mayoría de transacciones económicas se realizan con la moneda estadounidense. "Que no haya dólares indica que hay un problema grave de economía. Han subido los precios de la canasta básica, del combustible... Venezuela empezó su crisis así", explica. Actualmente, el dólar vale nueve bolivianos, es decir, 14 céntimos de euro.

En este sentido, tanto Mauricio como Nerea (que solo quieren dar su nombre) resaltan los problemas que hay a causa de la falta de dinero. "La situación económica está fatal. No podemos sacar dólares del banco, tampoco se pueden conseguir euros; no podemos pagar unos billetes de avión para salir de aquí con nuestras tarjetas; está empezando a escasear el combustible; nos estamos quedando sin exportaciones de gas y por ahí tampoco están entrando dólares...", desgrana la joven. "Tenemos amigos venezolanos que nos han explicado que en Venezuela empezó todo así", dice.

"El Gobierno está formado por gente sin estudios, de los que viven en la escuela de la vida y en el Congreso hay ciertos cabecillas que son la élite. Arce pide apoyos y toda esta gente, que es analfabeta, levanta la mano", sentencia Mauricio, que tuvo que cerrar su primera empresa por no poder pagar en dólares a sus proveedores. Él, como sus vecinos, no duda en hacer el mismo vaticinio: "Estamos a un paso de ser Venezuela".

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