El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJCat) ha frustrado los planes de un hombre que intentó forzar su despido para luego poder acceder a las prestaciones por desempleo, recoge ConfiLegal.
La Sala de lo Social de este tribunal explica en su sentencia 4898/2024, emitida el 18 de julio de 2024, que las ausencias no justificadas del trabajador los días 22, 26 y 27 de octubre de 2022 (sábado, miércoles y jueves) fueron hechas a propósito para que el empleador, Maisons du Monde España, S.A., rescindiera su contrato.
Según el TSJCat, estas ausencias son una dimisión tácita, no un despido, motivo por el que al trabajador se le denegó el acceso a las prestaciones por desempleo, ratificando una sentencia emitida en primera instancia.
El hombre trabajaba en Maisons du Monde, una firma de muebles y decoración, como cajero y con un salario mensual de 1.003,44 euros. Tras tres ausencias no justificadas, el 4 de noviembre de 2022, ocho días después de su última inasistencia, el empleado se reunió con su encargada y le dijo que quería dejar la empresa para montar su propio negocio de diseño gráfico.
El hombre propuso a la empresa pactar el despido para poder así acceder al paro.
La encargada le informó que la empresa ya había respondido a sus ausencias enviándole un burofax, advirtiéndole que, si no justificaba su incomparecencia, sería considerado como baja voluntaria.
Así, el 18 de noviembre de 2022, la empresa ejecutó dicha baja con efectos retroactivos al 22 de octubre de 2022, y calificó la salida como una dimisión voluntaria.
El empleado presentó una demanda por despido disciplinario ante el Juzgado de lo Social 2 de Terrassa. Esta sala desestimó su demanda y el hombre recurrió al TSJCat, que de nuevo le quita la razón.
"Fraude al sistema"
Tal y como explican en ConfiLegal, los magistrados consideran que la estrategia del empleado fue un intento de "fraude al sistema", al intentar beneficiarse de una situación irregular para obtener el desempleo.
La sentencia dice que los intercambios de correos entre empleado y empresa revelan que la intención de aquel no era renunciar de manera voluntaria, sino de provocar un despido con el único fin de cobrar el paro.
Los magistrados consideran que la conducta del trabajador fue suficiente para que tanto la empresa como el tribunal lo interpretaran como una dimisión tácita, sin necesidad de una declaración formal.
