Los hermanos Menéndez ('Monstruos') tienen ya fecha para la revisión del caso: así pueden afectar las nuevas pruebas a su libertad

ITER CRIMINIS por Carmen Corazzini

Se puede ser víctima y verdugo a la vez. La Fiscalía de Los Ángeles revisará el caso de los hermanos Menéndez, condenados en 1996 a cadena perpetua por asesinar a sus padres. La audiencia está fijada para el próximo 29 de noviembre. La aportación de nuevas pruebas podría modificar su sentencia e incluso concederles la libertad. El futuro de los Menéndez dependerá de su pasado.

La sociedad sigue dividida entre quienes creen que Erik y Lyle son dos niñatos narcisistas y medio psicópatas que, por la herencia, mataron a tiros a sus padres en su mansión de Beverly Hills, frente a los que consideran que son dos víctimas de abusos sexuales que actuaron en defensa propia. Lo cierto es que cabe la posibilidad de que ambas respuestas sean correctas y, en cierto modo, se complementen.

Ellos los mataron, eso estaba claro. Así que el procedimiento giraba en torno a una cuestión de grado: asesinato premeditado, que implicaba la capital o la perpetua, o un tipo de homicidio cuya condena podía reducirse por la atenuante de defensa imperfecta. Se aplica a situaciones en las que se excede en la proporcionalidad de la respuesta, o en casos en los que la percepción del peligro es errónea. Los hermanos contaron que fueron abusados por su padre desde que eran pequeños, que vivían en un infierno de continuas vejaciones y los asesinaron por miedo. Según la defensa, ellos actuaron bajo una creencia honesta, aunque irrazonable, de que su vida peligraba.

Pero la conducta posterior al crimen resultó sospechosa y mermó su credibilidad. Los chavales, nada más matar a sus padres, heredaron una millonada y se la fundieron en rolex, coches, ropa cara y fiestas. Se difundieron unas conversaciones en las que Lyle afirmaba que sería capaz de mentir por su libertad. También habrían intentado sobornar a testigos para corroborar su relato y durante su estancia en la cárcel planearon una fuga.

El primer juicio resultó nulo por falta de unanimidad. Las mujeres parte del jurado popular empatizaron con la historia de los abusos, los hombres, no. En el segundo juicio, el juez no consideró las pruebas relacionadas con la violencia sexual y fueron condenados a perpetua sin condicional. Pero en los años 90 todavía no existía conciencia sobre abusos sexuales masculinos y los efectos del trauma. Ahora, nuevas evidencias podrían reabrir el caso, probar los abusos y modificar su futuro.

En los años 90 todavía no existía conciencia sobre los abusos sexuales masculinos

Las nuevas pruebas

Entre las nuevas pruebas destaca una carta que Erik envió a su primo meses antes de los crímenes. En ella afirma que su padre estaba loco, que seguía abusando de él y le confesaba tener miedo, todas las noches, de que entrara en su habitación. Otra prueba es la declaración de Roy Roselló, ex miembro de la banda musical Menudo, que asegura que José Menéndez también abusó de él en los años 80, cuando tenía 14 años.

Según el abogado de las defensas, Cliff Gardner, la comprensión sobre los efectos de estas situaciones ha evolucionado y lo más probable es que hoy en día hubiesen sido condenados por homicidio en lugar de asesinato en primer grado. Gardner espera que se anule la condena y salgan en libertad, ahora que ya han pasado casi 30 años en prisión. Por su parte, el fiscal George Gascón considera la revisión del caso una obligación ética y moral.

Pudo ser por miedo, por venganza, por codicia o todo junto. Fueron muchos los testigos, entre familiares y amigos, que confirmaron los abusos del padre y la inacción de la madre. El trauma altera áreas calve del cerebro encargadas de regular las emociones, el miedo o la toma de decisiones. Se puede ver mermada la capacidad para detectar amenazas, evaluar riesgos, controlar impulsos o razonar con claridad. Nada de esto se tuvo en cuenta en el juicio y a finales de noviembre se considerará.

El trauma altera áreas clave del cerebro encargadas de regular las emociones, el miedo o la toma de decisiones

Mientras Netflix afianza su éxito primero con la serie y luego con el documental, las redes sociales se inundan de campañas a favor de su liberación. Aunque parece difuminarse la línea entre la cultura del silencio y la justificación pública de un acto criminal.

La extrema humanización de los dos asesinos los ha convertido en estrellas del pop aclamadas por hordas de tiktokers que publican vídeos disfrazados de los Menéndez. Es importante diferenciar entre la necesaria concienciación sobre el abuso infantil y la alarmante moda en redes sociales que banaliza la matanza, mezclando justicia con barbarie a golpes de hibristofilia.

Los hermanos mataron a sus padres, son culpables por ello, y de confirmarse los abusos, serán también víctimas, en cuyo caso, la justicia deberá ajustar la condena. Pero una condición no exime de la otra. Empatizar con sus motivaciones no debería promover la ley del talión.

Biografía

Carmen Corazzini estudió periodismo y Comunicación Audiovisual. Se especializó con un máster en 'Estudios Avanzados en Terrorismo: análisis y estrategias' y otro en 'Criminología, Victimología y Delincuencia'.

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