La final del Mundial de 2030 organizado conjuntamente entre España, Portugal y Marruecos se celebrará en España sí o sí. La RFEF no plantea otro escenario y no utilizará la final como moneda de cambio para obtener más sedes en una candidatura que se formalizará de manera definitiva el 31 de julio.
Según adelantó Marca, tras las reuniones mantenidas por los representantes de las tres sedes a lo largo de la semana pasada, todo apunta a que finalmente la final se jugará en el remozado Estadio Santiago Bernabéu —a falta de flecos por cerrar— pese a los intentos de Marruecos por quedarse con el partido decisivo del torneo.
Esa es la opción que más atrae a la FIFA, aunque bien es cierto que la intención del país africano —el último en unirse a una candidatura inicialmente participada por los dos países peninsulares junto a Ucrania— se llegó a percibir como una amenaza real dada la inestabilidad de la Real Federación Española de Fútbol a raíz de la dimisión de Luis Rubiales.
Otra de las cuestiones que ponían en riesgo la final para España era el interés de poseer el mayor número de sedes posible, negociación en la que Portugal y Marruecos también tienen mucho que defender y que involucraba a la ubicación de la final.
La propuesta de 12 o 13 sedes era clave en este sentido tanto para el Gobierno, que pidió la duodécima para Vigo, como para la RFEF, que insiste en dar la decimotercera a Valencia (todavía en el aire).
También en el aire tienen sedes Portugal y Marruecos, detalles por perfilar en una reunión el próximo lunes antes de la decisión final el próximo 31 de julio.
