¿Echa a andar de verdad la ampliación de la UE? Ucrania y Moldavia inician este martes sus negociaciones de adhesión

El camino de entrada en la Unión Europea es largo, exigente, tedioso en muchos momentos, pero también ha acabado siendo una cita con la historia; la ampliación se ha vuelto un tema prioritario a raíz de la guerra y precisamente Ucrania y Moldavia abren este martes a nivel de ministros las negociaciones para entrar en el bloque. Luxemburgo acogerá la primera etapa de las conversaciones, con una mirada larga porque el procedimiento se alargará durante décadas. Eso sí, la Comisión Europea considera que los países ya cumplen con las bases para poder empezar a hablar.

El último ejemplo de adhesión fue Croacia, que se incorporó a la UE en 2013, habiendo registrado su solicitud diez años antes. Ahora, el proceso para Ucrania se antoja casi imposible si se tiene en cuenta que se trata de un país en guerra. Moldavia también ve la sombra rusa cerca, de ahí su paso para entrar en la UE. Tanto Kiev como Chisinau registraron su solicitud de adhesión en 2022, justo después de que Vladimir Putin lanzase su ofensiva. Con el inicio de las negociaciones este martes se evita el primer escollo en Bruselas que era empezarlas antes de que se inicie la presidencia húngara del Consejo (a partir del 1 de julio).

Las negociaciones constan de 35 capítulos diferentes, que incluso se pueden bloquear una vez abiertos y que necesitan el sí de todos los Estados miembros para darse por buenos. Además, hay que ver la adhesión en términos financieros y esa foto es también muy compleja. Y es que la entrada de Ucrania tendría en el actual presupuesto plurianual del bloque comunitario hasta 2027 un impacto entre 130.000 millones y 190.000 millones de euros, lo que supone que hasta un 17% de las arcas comunitarias iría a parar a este país, según un estudio publicado por el Instituto de Economía Alemana.

La UE tiene conversaciones de entrada abiertas -iniciadas o no- con Albania, Serbia, Macedonia del Norte, Montenegro y ahora Ucrania y Moldavia. Por otro lado, suma un nuevo candidato a la adhesión con la incorporación a la lista de Georgia. De todos modos, cada país va a su propio ritmo y tiene unas particularidades muy concretas.

El candidato que más avanzado tiene su procedimiento es Montenegro, aunque eso en la práctica no le asegure nada. Su candidatura fue aprobada en el año 2010 y en la actualidad se han iniciado negociaciones sobre treinta y tres capítulos, de los cuales tres ya se han cerrado de manera provisional. Las negociaciones se iniciaron hace ya diez años y los avances de Montenegro han ido a buen ritmo dado el contexto, con un total de catorce reuniones a nivel ministerial. El objetivo del Consejo, según se recogió en el último encuentro (a finales de 2021), es ahora revitalizar el proceso de adhesión y mantener "una mayor atención a las reformas fundamentales y a la orientación política". No hay dos caminos de entrada a la UE iguales, pero para Moldavia y sobre todo para Ucrania ya solo sentarse en la mesa es un paso histórico.

"Un país que quiera pertenecer a la UE debe presentar una solicitud de adhesión al Consejo, quien, a su vez, solicita a la Comisión que evalúe la capacidad del solicitante de cumplir los criterios de Copenhague. Si el dictamen de la Comisión es favorable, el Consejo debe aprobar un mandato de negociación. Entonces se inician oficialmente las negociaciones", explican desde Bruselas. En ese momento están ambos países ahora mismo, y han llegado a él en tiempo récord, dos años después de solicitar la entrada.

No es lo mismo generar expectativas con Ucrania, que es un país en conflicto, que hacerlo con los demás países

Los criterios de Copnehague abarcan cuestiones de democracia, económicas y políticas. Son fundamentalmente tres: instituciones estables que garanticen la democracia, el estado de Derecho, los derechos humanos y el respeto y la protección de las minorías; una economía de mercado en funcionamiento, así como la capacidad de hacer frente a la presión competitiva y a las fuerzas del mercado en la UE y la capacidad de asumir y cumplir efectivamente las obligaciones que impone la pertenencia a la UE, incluida la adhesión a los objetivos de la unión política, económica y monetaria. Pero además hay un matiz, y es que la UE tiene que estar "preparada" para asumir nuevos miembros. Eso, no obstante, ya se verá en un futuro... todavía lejano.

La ampliación de la UE es ya un melón abierto que no se podrá volver a cerrar. Sergio Príncipe, doctor y profesor de la Universidad Complutense, explica a 20minutos que la clave tiene que ser la paciencia. Para él existen "demasiados obstáculos por el momento y es demasiado optimista pensar en una ampliación en 15 años", con casos peculiares como Bosnia o la propia Ucrania. "Después de tantos años de expectativa los Balcanes se están agotando, y por ejemplo ahí Serbia sabe jugar a la carta rusa, que incomoda a todo el mundo menos a Hungría", esgrime. Y lanza un aviso: "No es lo mismo generar expectativas con Ucrania, que es un país en conflicto, que hacerlo con los demás países, con los que llevas trabajando quince años". El profesor entiende "la prisa de Bruselas pero cuanto más torpe sea peor será" y de momento "nadie quiere descartar una ampliación por fases". El gran problema de Bruselas, termina, "es que sabe lo que quiere pero no saber cómo hacerlo".

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