Un auténtico diluvio universal en forma de tormenta eléctrica estuvo a punto de obligar a la UEFA a posponer los octavos de final entre Alemania y Dinamarca: el partido se suspendió durante unos minutos, hasta que el tiempo mejoró, pero los rayos que se veían sobre el Signal Iduna Park no asustaron a dos aficionados daneses.
Bajo un enorme torrente de agua en la grada del conjunto nórdico, ambos se dedicaron a disfrutar bailando, saltando y cantando junto al resto de hinchas de su selección, que no dejaron de corearles ni un segundo.
Unos 25 minutos después de que se anunciase la suspensión del partido por "las adversas condiciones meteorológicas", y con los jugadores, el cuerpo técnico y los equipo arbitral en los vestuarios, la intensidad de la lluvia bajó y el encuentro se reanudó.
La Mannschaft se llevó el triunfo (2-0) ante una combativa Dinamarca, que se adelantó en el marcador con un gol de Andersen que fue anulado por un milimétrico fuera de juego. Poco después, Havertz hizo el primero con un gol de penalti por una mano en el interior del área, y Musiala sentenció el partido en el minuto 68 para certificar la clasificación a los cuartos de final, donde Alemania podría encontrarse con España.
