Así es Hizbulá, la milicia que está "en visperas" de entrar en guerra contra Israel y que es una amenaza para el Ejército español

Desde el primer día de la respuesta armada de Israel a la masacre del 7 de octubre protagonizada por Hamás ha existido el temor a que el conflicto se pudiera extender más allá. En concreto, que la guerra pudiera alcanzar la frontera de Israel con el Líbano y, en último término, una guerra con Irán. Esto último no ha tenido lugar —más allá de los lanzamientos de misiles de abril pasado—, pero en el sur del Líbano sí que se están sucediendo los ataques de unos, Israel, y otros, Hizbulá.

La frontera entre Líbano e Israel es desde hace semanas uno de los puntos más calientes del conflicto. La región sufre a diario decenas de ataques cruzados entre el Ejército de Israel y los milicianos de Hizbulá. Miles de personas a ambos lados de la frontera abandonaron hace meses sus hogares; y no parece que puedan volver pronto.

El domingo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció que "cuando acaben las fases en Gaza" enviará a la frontera libanesa a sus soldados. El Ejército de Israel, que ya ha acabado en la Franja de Gaza con la vida de más de 37.000 palestinos, asegura haber aprobado un plan de ataque contra Líbano.

El alto representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, aseguró que estamos en la "víspera" de que la situación en Gaza se extienda a Líbano.

Respuesta a la ocupación israelí

Uno de los grupos más antiguos y armados es la organización islámica libanesa Hizbulá ("El partido de Dios"). Este movimiento fue fundado con apoyo de Irán en 1982 en respuesta a la ocupación israelí en Líbano, pero desde 2006 también tiene un brazo político y ha logrado un papel importante en la política de ese país.

Partido-milicia chií, Hizbulá nació de la mano de Abbas Al Musawi con el objetivo de crear una república islámica y su "ideología" se centra en un fuerte sentimiento anti-israelí y anti-occidental. Aliado de Irán, que le proporciona respaldo económico y político, y con estrechos vínculos con Siria, preconiza la eliminación de cualquier tipo de presencia no musulmana en el Líbano.

Labor armada, política y social

Para los chiíes, que representan el 35% de la población libanesa, Hizbulá es ante todo un baluarte político. Porque, además de su acción armada, lleva a cabo una importante labor social, que le reporta un gran apoyo popular.

Ahora, es más que una simple guerrilla anti-israelí, puesto que ha llegado a constituirse en un grupo político sólidamente implantado en la sociedad y la vida política libanesa. Cuentan con una emisora de radio y otra de televisión por satélite, e incluso con representación en el Parlamento libanés.

Organización terrorista para la UE y EEUU

Hizbulá se dio a conocer en todo el mundo con el atentado que costó la vida casi 300 personas en Beirut. Fue el 23 de octubre de 1983 y perdieron la vida 241 marines estadounidenses y 58 paracaidistas franceses.

Hasan Nasrallah es el actual secretario general de Hizbulá desde que su predecesor, Abbas al-Musawi, fuera eliminado por las Fuerzas de Defensa de Israel en febrero de 1992. Tanto la Unión Europea como los Estados Unidos consideran oficialmente al brazo armado de este grupo como una organización terrorista.

Poder militar vía Irán

En 2017, el gobierno israelí creía que Hizbulá tenía un arsenal de casi 150.000 cohetes estacionados en su frontera con Líbano. En 2019, Nasrallah presumía de que sus armas se habían "desarrollado tanto en calidad como en cantidad" y que contaban con misiles de precisión y drones. Su guerrilla ha utilizado drones contra Israel, penetrando en ocasiones los sistemas de defensa antiaérea.

En la actualidad, el grupo recibe entrenamiento militar, armas y apoyo financiero de Irán y apoyo político de Siria, aunque el carácter sectario de la guerra siria ha dañado la legitimidad del grupo. En 2021, Nasrallah aseguró que el grupo contaba con 100.000 combatientes.

Israel ya invadió Líbano en 1978

Desde el inicio de la ofensiva militar de Israel sobre Gaza han atacado "posiciones del enemigo israelí". Esta organización lo describe como "un apoyo al pueblo y la resistencia de Gaza, sometidos a una brutal agresión sionista con la 'luz verde' de EE UU y la complicidad y el silencio de Occidente y muchos regímenes árabes".

Israel y Líbano no tienen relaciones diplomáticas. El Ejército israelí invadió el sur del Líbano en marzo de 1978 para hacer frente al ataque de grupos palestinos y lo volvió a hacer en 1982. Desde entonces, mantienen un enfrentamiento por la frontera terrestre que les separa.

Los cascos azules velan por la paz

Tras 22 años de ocupación, en el año 2000 se produjo la salida del Ejército de Israel del Líbano. Entonces, la ONU delimitó la llamada Línea Azul, frontera entre ambos países, aunque ambos, especialmente Líbano, han criticado su exactitud en varias ocasiones. Allí está la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en Líbano (FINUL o, en inglés, UNIFIL), que tiene el mandato de garantizar la retirada de los soldados israelíes del territorio libanés y ayudar al Gobierno del Líbano a restituir su autoridad en la zona.

Son más de 10.000 cascos azules y 800 civiles procedentes de 46 países. Su trabajo es garantizar el cumplimiento de la resolución 1701 que define la misión. En agosto, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas prorrogó su mandato hasta el 31 de agosto de 2024.

Situación "tensa e impredecible"

Los soldados de la FINUL patrullan y asisten a las Fuerzas Armadas libanesas a lo largo de la separación entre Israel y Líbano. Pero ni con cascos azules de por medio se evitó la guerra de 2006 entre Israel y Hizbulá. Duró poco más de un mes y se saldó con la muerte de unas 1.200 personas en Líbano, la mayoría civiles, y 160 israelíes, básicamente soldados.

La misión de paz vuelve a atravesar momentos complicados. Desde octubre, viven en una situación "tensa e impredecible" que les obliga a pasar tiempo en búnkeres, aunque tratan de llevar a cabo sus labores con normalidad.

Soldados españoles en Líbano

Desde 2022, la FINUL está liderada por el general español Aroldo Lázaro, cuyo mandato ha sido extendido hasta febrero de 2025. España contribuye a la misión de paz con alrededor de 664 militares. La secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, aseguró el pasado viernes que España mantendrá su presencia en esta fuerza de paz de la ONU pese al plan de ataque que dice tener Israel.

En estos casi veinte años de presencia de España en Líbano el coste en vidas ha sido alto: 16 soldados han fallecido en 18 años. En total, en ese tiempo, se ha contribuido con 22.024 personas, entre personal militar, guardia civil e intérpretes.

La casi totalidad del contingente hispano está acuartelado en la base Miguel de Cervantes, cerca de la localidad de Marjayún, donde está el Cuartel General del sector Este. Su labor consiste básicamente en patrullar a pie y en vehículo la Línea Azul. Además, deben garantizar el acceso humanitario a las poblaciones civiles y el regreso voluntario y seguro de las personas desplazadas.

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