Jésica Rodríguez ha afirmado este jueves en el Tribunal Supremo que desconoce quién pagaba el alquiler del lujoso piso de Plaza de España (Madrid) que habitó entre 2019 y 2022, mientras mantenía una relación sentimental con el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos. Asimismo, la testigo ha admitido que no acudía a trabajar en las dos empresas públicas que la contrataron durante el mandato de Ábalos.
El alquiler del apartamento es una de las claves de la investigación al exministro, centrada en la presunta corrupción en contratos de compraventa de mascarillas durante la pandemia. Según apuntan los informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, un testaferro del comisionista Víctor de Aldama se encargó de costear el alquiler de 2.700 euros mensuales, presuntamente como una contraprestación a Ábalos a cambio de adjudicaciones públicas.
El supuesto testaferro en cuestión es Luis Alberto Escolano, estrecho colaborador de Víctor de Aldama al que el comisionista guardó en los contactos de su teléfono como "hermano", imputado en la investigación del caso Koldo en la Audiencia Nacional y testigo en el Tribunal Supremo. Escolano pagó el piso de Plaza de España a través de una sociedad entre marzo de 2019 y el mismo mes de 2022.
Según ha admitido la propia Jésica Rodríguez ante el juez instructor del Supremo Leopoldo Puente, Escolano era su contacto cuando había algún problema o se rompía algo en el apartamento. Y, según ha ratificado, ella dio con la vivienda a través del exasesor de Ábalos, Koldo García. Con todo, ha asegurado que desconoce quién costeaba realmente el alquiler. La testigo ha desvinculado a su expareja, José Luis Ábalos, de las gestiones relacionadas con el inmueble de Plaza de España.
Otro de los asuntos clave de la declaración de Rodríguez han sido los dos puestos de trabajo que ocupó en empresas dependientes del Ministerio de Transportes y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, concretamente en INECO y TRAGSATEC. Jésica Rodríguez también ha desvinculado al exministro Ábalos de estas contrataciones que, según dice, gestionó a través de Koldo García y de su hermano Joseba. La testigo ha afirmado que en ningún momento le pidió al titular de Transportes que la colocara en ningún puesto.
Así, la antigua pareja sentimental del secretario de organización del PSOE se ha alineado en su testifical con el propio Ábalos y con su exasesor, Koldo García. Este último aseguró en su declaración ante el juez que guardaba un "vínculo" emocional con Rodríguez y que se le permitió alojarse en el lujoso apartamento porque ella pasaba por una situación de "emergencia" habitacional.
El intento de desvincular a Ábalos por completo de la contratación choca con algunas pruebas recogidas por la Policía Judicial. Entre ellas una conversación vía WhatsApp entre el ministro y el que por entonces era su asesor. El titular de Transportes envió a García una captura de unos mensajes que a su vez le había remitido Rodríguez para avisar de que iba a expirar su contrato en INECO.
El asesor le contestó: "Madre mía, ya lo avisé. Esto es demasiado, hay que pasarla a otro sitio y luego vuelve, lleva ya 18 meses". Y Ábalos, a su vez, le indicó a Koldo García que le comunicara esto último a la aludida: "Díselo a ella". La contratación de Rodríguez en IECO y TRAGSATEC es tan solo uno de los múltiples asuntos que acorralan al minisitro de Transportes, en este caso como un presunto delito de tráfico de influencias.
El juez Leopoldo Puente lo investiga también por un presunto cohecho que se habría materializado, entre otros asuntos, a través del pago del alquiler de Plaza de España. Al margen de Jésica Rodríguez, se ciernen sobre Ábalos otros indicios relacionados con el mundo inmobiliario (se alojó en un chalet y un piso pagados ambos por la trama) y por las acusaciones de Aldama, que apunta a que el ministro recibió comisiones en efectivo por valor de 400.000 euros.