Es imprescindible acordarse de los pacientes que no se curan

En nuestro país, el cambio demográfico, el aumento del envejecimiento poblacional, el avance de la medicina o la adopción de nuevos hábitos de vida han generado un nuevo patrón de la morbilidad, caracterizado por el predominio de las enfermedades crónicas.

Uno de cada cinco españoles padece, al menos, una enfermedad crónica. Cifra que se eleva hasta uno de cada tres, si hablamos de personas que conviven con varias patologías crónicas, como las cardiovasculares, renales y metabólicas —a menudo, interconectadas y responsables del desarrollo de comorbilidades de alto impacto para los pacientes—, y las respiratorias. Todas ellas, suelen coexistir en una misma persona y, actualmente, son primera causa mundial de muerte.

Este perfil de paciente crónico pluripatológico, o complejo, está determinando la nueva realidad de la cronicidad, como primera causa del gasto sanitario en España y constituyendo el 80% de las consultas de Atención Primaria. Además, se estima que la presencia de varias patologías crónicas y comorbilidades puede aumentar hasta un 300% el uso de recursos.

El nuevo paradigma de la cronicidad requiere de un cambio en las políticas sanitarias en nuestro país. Pues la atención de la cronicidad por parte de las administraciones se ha visto ralentizada, desde la pandemia por la Covid-19, dando lugar a que los propios pacientes crónicos se sientan "olvidados".

Desde la Plataforma CH2025 consideramos que urge una revisión de la estrategia nacional de cronicidad, consensuada con las comunidades autónomas y que adecúe los modelos de atención de los sistemas sanitarios a los perfiles cuyo abordaje y seguimiento son más complejos al presentar pluripatología.

Para que se promueva el fortalecimiento de la Atención Primaria como puerta de entrada del paciente crónico al sistema, es fundamental la medición de resultados, la coordinación con los recursos sociales y la Atención Hospitalaria, la accesibilidad y la participación de los pacientes; principales retos de AP para mejorar la continuidad asistencial.

En este proceso, resulta también clave contar con todos los agentes socio-sanitarios (enfermeras gestoras de casos o escolares, farmacéuticos, trabajadoras sociales u organizaciones de pacientes) que acompañan a pacientes y familiares o cuidadoras, así como que se escuche la voz de estas personas. Así lo recogemos en el informe La cronicidad en las políticas públicas sanitarias. Recomendaciones para definir un marco común de abordaje al paciente crónico complejo.

Un trabajo que pretende servir de ayuda a las administraciones sanitarias, con quienes estamos siempre abiertos a trabajar conjuntamente en pro de la salud de la población y, específicamente, en la mejora de la calidad de vida de las y los pacientes crónicos.

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