Dicen de ellos que hacen la mejor música cubana en directo, una afirmación que agradecen, aunque con cierto rubor. "Las opiniones son libres, y hay mucha gente que comenta positivamente y a favor de nuestro directo", reacciona, algo apurado, Fernando Dewar, director y vocalista de Septeto Santiaguero. "Nosotros siempre tratamos de hacer en vivo algo superior a lo que hacemos en el estudio de grabación. Y tiene que ver con la búsqueda de una mayor comunicación con el público, que, por lo general, siempre nos acepta", explica a 20minutos el líder de este septeto de ocho, ya que, desde sus inicios, siempre adoptó la disciplina del septeto tradicional -guitarra, tres, bongó, claves, maracas, contrabajo y trompeta- sin más licencia que la tumbadora.
Llevan casi tres décadas sonando en las emisoras y actuando sobre los escenarios, pero, para quienes no los conozcan, esta banda de música regional cubana formada por ocho artistas convierte cada concierto en una auténtica fiesta caribeña a la que todos están invitados. También los más jóvenes. "Siempre hacemos énfasis en tratar que nuestra obra, nuestro proyecto, funcione entre los jóvenes. Algunos piensan que esta es música pasada o música para viejos y no, nosotros hacemos música para todas las generaciones", reivindica el artista.
Ese ha sido uno de los hándicaps que han tenido que esquivar para sobrevivir, y con éxito, todos estos años. El otro, principalmente, la propia evolución en los gustos musicales. "Es bastante difícil hacerlo, porque, de hecho, nosotros empezamos con una sonoridad que hemos tenido que ir adaptando a los tiempos. Éramos un septeto bastante acústico y hemos tenido que pasar a la amplificación. Hemos tenido que acudir a la técnica para estar al nivel, desde el punto de vista sonoro, de las orquestas grandes. Además, sin alejarnos mucho de la música popular cubana, hemos incluido algunas cosas más modernas en nuestro sonido. La fusión para nosotros también es importante", explica.
También superaron el boom del reguetón: "Hace unos años, todo se metía en el mismo saco, el del reguetón. Pero nosotros nunca lo hemos visto como una competición sino como una convivencia. No somos enemigos. Eso sí, nosotros no aceptamos ningún tipo de reguetón que tenga letras obscenas o mensajes que no sean aceptados socialmente o por nosotros mismos, los músicos que tocamos en Septeto Santiaguero".
Volviendo a sus espectáculos, el punto fuerte de la agrupación, se antojan únicos e irrepetibles. Puro show. "Queremos que la gente lo pase bien, que baile y que disfrute. Siempre que ensayamos, pensamos en el público. Hacemos música tradicional, pero siempre pensada para bailar. Tenemos en el repertorio temas que son antológicos de la música cubana y también temas propios, de la banda, y siempre hacemos un balance entre la música más lenta y la parte más de marcha, como diría en España", explica Dewar.
"Hace unos años, todo se metía en el mismo saco, el del reguetón. Pero nosotros nunca lo hemos visto como una competición sino como una convivencia. No somos enemigos"
Echando un vistazo a sus conciertos, no es de extrañar ver los recintos llenos vibrando al son de su música. ¿Es, quizá, el mejor momento de la música latina? "Ha habido momentos de mayor esplendor de la música latina, como el de finales de los noventa, pero han conseguido quedarse algunas agrupaciones, aunque no todas. Hemos quedado agrupaciones representativas de lo que es la defensa de la música tradicional cubana y, sobre todo, santiaguera, que es de donde venimos nosotros y son todos los maestros que estuvieron en el Buena Vista Social Club", cree el líder de este grupo cargado de premios, entre ellos dos Grammy Latinos. "Ahora mismo, hay un despertar de la música latina y, por su puesto, la música cubana se beneficia de esto. Pero, vuelvo a decir, es muy importante el baile, porque la música que hacemos es para bailar, y no se pueden separar ambas cosas. Y hay un movimiento muy importante de escuelas de baile, academias y grupos que están potenciando mucho la visualización de esta música y que la gente se acerque a ella", insiste el músico.
En la música no hay idioma que valga, y mucho menos en el baile. Y para muestra un botón. "Acabamos de hacer un concierto en París, en el Centro de Arte, con todo vendido. Y nos maravilló la cantidad de personas coreando y, sobre todo, bailando nuestras canciones. No todas las personas pueden hacerlo, porque el son tiene pasos que con complicados, y tienes que aprenderlos, pero la gente se mueve, lo intenta, y corea y levanta los brazos... Y eso es también importante, que gente que no tienen ni idea de ese baile se divierta también", sostiene.
"En España tenemos la suerte del idioma. Es un público que asimila mejor la música cubana, porque aquí ha llegado mucha música latina y le resulta más familiar"
Estas últimas semanas han estado girando por el Viejo Continente y con muchas paradas en nuestro país, entre ellas, la última de este tour, el sábado 28 de septiembre en Madrid, donde se reencontrarán con el público español: "En España tenemos la suerte del idioma. Es un público que asimila mejor la música cubana, porque aquí ha llegado mucha música latina y le resulta más familiar. Hemos tocado en Chipre y la gente sí, se divierte, pero no se entera", señala entre risas. "Es que no pillan el doble sentido que utilizamos en las canciones. Sin embargo, en España tienen la suerte de conocer el idioma".
Como dicen en su último disco, siguen hacia adelante en esta aventura de llevar su música, que tiene que ver mucho con lo tradicional y el propio folclore, por el mundo. No solo eso, también cuidarla y valorarla. "Debe haber una política, desde el punto de vista musical, dirigida hacia el rescate de las tradiciones. Nosotros tuvimos un disco, que se llama Raíz, que, precisamente, hablaba sobre nuestras raíces musicales. La cuestión es esa, revisionar esos ritmos que marcaron una época y una manera de hacer las cosas", demanda el artista.
