El sector turístico encara con optimismo el cierre de 2024, pese a la preocupación en torno a la reciente entrada en vigor del nuevo registro de viajeros. La Mesa del Turismo de España califica como un "sinsentido" los cambios exigidos por el Gobierno a los distintos operadores a la hora de comunicar y recopilar los datos de los clientes y advierte de que existen "riesgos" no solo para la competitividad del sector sino también para la seguridad de los propios viajeros. Aun así, la asociación empresarial destaca la pujanza de un sector de actividad clave para la economía española y que no deja de batir récord tras récord. En ese sentido, la Mesa del Turismo prevé alcanzar los 95 millones de visitantes internacionales al cierre de 2024, lo que supondría un registro sin precedentes, y superar los 200.000 millones de euros de facturación.
Según los cálculos del lobby turístico, España podría terminar el año habiendo recibido la visita de un 11,7% más de viajeros que en 2023, con cerca de 10 millones de turistas extranjeros más. El presidente de la Mesa del Turismo, Juan Molas, que detrás de este volumen de viajeros existe una mejora no solo cuantitativa sino cualitativa, con temporadas cada vez más largas que hacen patente el avance hacia la desestacionalización de la actividad. "Estamos abriendo las temporadas, sobre todo por detrás habiendo viviendo un mes de septiembre incluso mejor que el de junio y unos meses de octubre y noviembre de excelente comportamiento", ha puesto en valor.
Este incremento en la llegada de turistas internacionales se traduce en buenas perspectivas de facturación por parte de los empresarios. La Mesa de Turismo calcula que esta actividad contribuya a engrosar el PIB nacional a cierre de año con un aporte "histórico" de más del 13%. "Muy probablemente cerremos el año con unas cifras francamente muy buenas", ha confirmado el presidente de la asociación empresarial, que también subraya la creación de 80.000 empleos asociados al turismo en el último año.
De confirmar la tendencia actual, el lobby espera superar la barrera de los 3 millones de afiliados en actividades relacionadas con el turismo en 2025, pese a advertir dificultades para encontrar profesionales cualificados y atraer a las generaciones más jóvenes. "Uno de los grandes problemas es encontrar sobre todo en determinados momentos del año una mano de obra cualificada", ha reconocido el presidente de la Mesa del Turismo, que ha recalcado que se trata de un escollo compartido por las diferentes actividades vinculadas al turismo, desde la hostelería hasta el transporte.
No obstante, los empresarios esperan que el ritmo de crecimiento en la llegada de turistas se prolongue en 2025, un año para el que detectan "buenas sensaciones" sobre todo por el empuje de los tradicionales mercados emisores europeos (Reino Unido, Francia y Alemania), pero también por el "esperanzador" crecimiento de los mercados asiático y norteamericano. "Esta tenencia del emisor internacional unida al incremento de los slots que las compañías aéreas están a asegurándose nos permite augurar, siempre que no surja ningún contratiempo, que 2025 puede ser un año semejante a 2024 para el turismo", ha augurado Molas, que se ha mostrado preocupado por el impacto que podría tener una posible escalada de la guerra de Ucrania.
El dinamismo de la llegada de turistas internacionales contrasta con un cierto retroceso en la demanda nacional, que Molas ha calificado como un "pequeño nubarrón", pero la que ha restado importancia apuntando a buenas perspectivas para el puente de la Constitución. "Los españoles tuvimos un final 2022 y un 2023 y 2024 donde se notó que habían un ahorro importante motivado por el confinamiento y la pandemia", ha explicado, reconociendo que el ritmo de ha frenado en los últimos meses y que las subidas en los precios pueden haber pasado factura. "Debemos analizarlo y buscar las consecuencias para encarar 2025 con una seguridad de que el mercado nacional siga siendo piedra fundamental en el sector", ha añadido el presidente de la Mesa.
El nuevo registro de viajeros
No obstante, la preocupación más inmediata del sector turístico se centra en la entrada en vigor de un nuevo registro de viajeros, con una nueva plataforma electrónica para comunicar los datos de los clientes al Ministerio de Interior por motivos de seguridad. El sector denuncia que el sistema no está preparado, tal y como evidencian la caída de este lunes en su estreno, y ve desproporcionado tener que recabar y almacenar durante tres años "entre 42 y 65 datos" personales de los clientes a la hora de hacer las reservas, entre los que se incluyen información como la dirección postal o el número de tarjeta de crédito.
El secretario general de la Mesa del Turismo, Carlos Abella, ha explicado las dificultades que esto supone para el sector dado ejemplos como la imposibilidad de recabar todos los datos que se requieren cuando se trata de reservas para grandes grupos en los que no se conocen los nombres de los asistentes hasta que no se acerca la fecha, como puede ser el caso de un congreso u otro evento de negocios.
Desde el Ministerio de Interior niegan que la entrada en vigor de la nueva norma suponga a las empresas una carga adicional. "Dicen que no se piden más datos, ¿y por qué no está recogido así en el real decreto?", desmiente Abella, que recalca que las "palabras" del Gobierno no coinciden con el contenido de la norma. A su juicio, el nuevo registro supone no solo una carga para las empresas sino que atentan contra la privacidad de los clientes y recuerda la falta de capacidad de las empresas para comprobar la veracidad de los datos, así como las limitaciones de las pequeñas y medianas empresas para poner en marcha el registro.
"Estamos ante un decreto gubernativo desafortunado e incomprensible, y no nos queda otro camino que reiterar nuestra petición de diálogo, comunicación y mayor colaboración público-privada", ha recalcado Molas. "Es absolutamente absurdo, nos resta competitividad y es un claro ejemplo de no entender por dónde va la industria del turismo", ha enfatizado, subrayando que, a su juicio, el nuevo registro de viajeros perjudica la privacidad de los clientes, la operatividad de las empresas y la competitividad del sector.