Casi tres años después del último encuentro, Pedro Sánchez y los 17 presidentes autonómicos y de las dos ciudades autónomas se vuelven a sentar en la misma mesa. Lo hacen en el majestuoso Palacio de la Magdalena de Santander en un momento de alta tensión política para abordar cuatro temas clave: vivienda, financiación autonómica, la migración y la escasez de personal sanitario. Sin embargo, las expectativas para alcanzar acuerdos en esta XXVII Conferencia de Presidentes se han desvanecido a lo largo de estos cinco meses desde que el presidente del Gobierno anunciase su celebración. El tema en el que se quiere centrar Sánchez es la vivienda, uno de los grandes problemas sociales y económicos del país, aunque no parece que en Santander se vaya a dar con una llave maestra de consenso que permita abrir más puertas a los alquileres y compras asequibles.
Junto a Sánchez, participarán en la reunión las tres vicepresidentas del Gobierno —María Jesús Montero, Yolanda Díaz y Sara Aagesen, respectivamente—, así como los ministros de Política Territorial, Ángel Víctor Torres; de Vivienda, Isabel Rodríguez; de Sanidad, Mónica García; y de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz.
A pesar de que la vivienda fue el asunto por el que Sánchez convocó el foro, finalmente los 13 presidentes autonómicos del PP lograron introducir la financiación autonómica o la crisis migratoria en el orden del día. El presidente, que estableció como eje central de su Gobierno en esta legislatura la vivienda, aprovechó el Congreso Federal del PSOE de hace dos semanas para llenar de contenido el debate con un anuncio: una empresa pública que permita crear y gestionar viviendas. Se trata, en cualquier caso, de una propuesta que los populares consideran "propaganda". Creen que la urgencia reside en ceder más suelo para construir, así como dar salida a los pisos públicos de la Sareb. Y está por ver cómo se aborda el debate de la ley del suelo, que el PSOE guardó en la nevera hace ya cinco meses tras verse sin apoyos parlamentarios para sacarla adelante.
En cualquier caso, se espera que toda la tensión política de estos meses se escenifique en el debate sobre financiación. Los barones populares ya avanzaron un frente común para desdeñar el acuerdo entre el PSC y ERC para una financiación singular para Cataluña durante las reuniones bilaterales que mantuvieron estos meses con Sánchez en Moncloa. El acuerdo es quimérico. Además, fuentes gubernamentales no creen que este sea el foro para alcanzar un acuerdo sobre la reforma del sistema de financiación autonómica. Para eso está el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), apuntan.
En lo que respecta a migración, el Gobierno y los dirigentes del PP llegan a Santander con las negociaciones rotas para reformar el artículo 35 de la ley de extranjería para la acogida obligatoria de menores migrantes por todo el territorio. De hecho, en el Ministerio de Política Territorial ya buscan una vía alternativa para sacar adelante la votación en el Congreso de los Diputados que permita desatascar la reubicación de estos menores, ahora mismo hacinados en Canarias y Ceuta. El Gobierno quiere sentarse en la mesa con Junts. Y no es el único, ya que el presidente Canario, Fernando Clavijo, se ha puesto de límite esta Conferencia de Presidentes para que PP y PSOE alcancen un acuerdo, si no, buscará el apoyo de Junts vía decreto ley.
La escasez de profesionales sanitarios en el Sistema Nacional de Salud no llega como una novedad a la mesa de la Conferencia de Presidentes; de hecho, en la de 2021, fue Alberto Núñez Feijóo quien la puso sobre la mesa. Lo hizo como presidente de la Xunta de Galicia y en medio de la pandemia de coronavirus, pero el problema persiste pese a los planes que ha puesto del Ministerio de Sanidad de estos años, como el de Acción de Atención Primaria y Comunitaria. En cualquier caso, el abordaje del problema sanitario ha sido habitual desde los inicios de este órgano de cooperación política, que se remonta a hace dos décadas.
Una reunión marcada por la tensión política
Los objetivos de "estabilidad territorial" y gobernar "con diálogo y cooperación" que marcó hace ya 20 años el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero como eje de estos encuentros llegan a esta Conferencia como un motivo más de fricción entre Gobierno y comunidades. Sánchez se enfrenta a un mapa territorial teñido de azul que clama por la "igualdad" entre comunidades autónomas en medio del debate sobre un eventual concierto catalán. El diálogo y la cooperación también se ha puesto a prueba y ha causado desencuentros entre Administraciones tras la catástrofe de la DANA que golpeó hace menos de dos meses a la Comunidad Valenciana. De hecho, está previsto que algunas de las comunidades afectadas pidan un mayor refuerzo de la cooperación ante este tipo de crisis.
Las posibilidades de sacar una rúbrica que realmente sea útil son escasas: los acuerdos solo se podrán adoptar por consenso y las recomendaciones -que se adoptarán por el presidente y dos tercios de los autonómicos- solo obligarán a las que los han apoyado. Por ello, las expectativas de Moncloa son exiguas, lo que dejaría espacio para que los desencuentros ocupen el primer plano de la foto final. Cabe recordar que Sánchez y la madrileña Isabel Díaz Ayuso llevan tres años sin sentarse en la misma mesa, puesto que la presidenta autonómica no acudió a los encuentros bilaterales en Moncloa; el valenciano Carlos Mazón llegará en pleno desencuentro con Sánchez por la gestión de la DANA; Salvador Illa es señalado por todos los barones del PP a causa de la financiación singular de Cataluña; el presidente canario abrirá la caja de Pandora de la crisis migratoria, y Sánchez se mantiene en el punto de mira del PP, al que, además, acaba de acusar de connivencia con algunos jueces por los varios frentes que cercan al Gobierno.
"La intención con la que afrontamos la Conferencia de Presidentes es con una actitud positiva y constructiva. Es oportuno que seamos capaces de avanzar en consensos. El asunto de la vivienda es importante y ojalá esos consensos y el diálogo fructifique en acuerdos", dijo la ministra portavoz en el Consejo de Gobierno previo a esta vigesimoséptima cumbre, si bien, las expectativas de Moncloa en privado reducen considerablemente esas esperanzas.
