El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, intervino este miércoles ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York, para ofrecer un discurso muy centrado en los conflictos internacionales, en el proyecto europeo como "ejemplo de esperanza" y en la preocupante situación que vive Venezuela.
Sobre este último aspecto, condenó cualquier detención o amenaza contra líderes políticos defendiendo el respeto a la voluntad del pueblo venezolano, la transparencia y la verificación de los resultados electorales.
No obstante, Sánchez también dejó espacio en su discurso para denunciar el "riesgo real de retroceso" de la democracia. En este punto, el presidente del Gobierno se ha referido, aunque sin mentarla, a un fenómeno que lleva meses repitiendo en España: la máquina del fango.
"La democracia se enfrenta a gente sin escrúpulos, a activistas de la mentira, a los bulos del odio, dispuestos a partir en dos sociedades para imponer su agenda reaccionaria", señaló el jefe del Ejecutivo. En este sentido, considera "indispensable levantar un escudo que proteja las instituciones democráticas de quienes buscan socavar intencionadamente las mismas".
Antes, Sánchez lamentó que "derechos que se creían consolidados son cuestionados hoy e incluso revertidos". "Una agenda reaccionaria global se abre paso al calor de la desconfianza en las instituciones, de la polarización y de la reivindicación de un pasado inventado tan falso como sus proclamas. La democracia libra una batalla por su supervivencia, y seamos claros: no deja de ceder terreno ante sus enemigos", apostilló.
De esta manera, concluyó, "es necesario reconocer errores y trabajar por su regeneración interna. Por ejemplo, reforzando la transparencia y la rendición de cuentas de nuestros sistemas democráticos".
