La salud materna va mucho más allá de lo físico: la importancia de la psicología perinatal

Psicología y comunicación no verbal Lo que no nos cuentan por Alicia Martos

En el Día Internacional de la Salud Mental Materna es fundamental dar visibilidad y sensibilizar acerca de la necesidad de asistencia profesional integral en la etapa perinatal, para que las mujeres reciban el acompañamiento que merecen y disminuir así su preocupación o sufrimiento, mejorando su vivencia con la maternidad en cualquiera de sus fases.

Según la OMS, el 25% de las mujeres experimenta algún tipo de malestar psíquico durante su embarazo. Y una de cada cinco mujeres ha tenido o tendrá alguna alteración psicológica durante el primer año posparto. El 75% de estas madres no son debidamente diagnosticadas y no reciben el tratamiento adecuado, con unas consecuencias nefastas a corto y largo plazo para madre y bebé.

Ante estos datos, es urgente reconocer el papel crucial que desempeña la psicología perinatal en el cuidado de las mujeres y sus familias, durante el proceso de concepción, reproducción asistida, embarazo, parto y maternidad, también ante una experiencia de duelo gestacional o ante un diagnóstico de infertilidad.

En la actualidad, la salud materna va mucho más allá de lo puramente físico, también debe procurarse el bienestar psíquico y social de las mujeres en una etapa tan significativa y desafiante de sus vidas.

La psicología perinatal se centra en comprender y apoyar las experiencias únicas que las mujeres transitamos en torno a la maternidad con empatía y cuidado compasivo, con información basada en la evidencia, con herramientas y estrategias de afrontamiento, brindando un espacio seguro para explorar, procesar y abordar una amplia e intensa gama de emociones ambivalentes.

La psicoterapia perinatal se ha mostrado sobradamente eficaz en la reducción del estrés y la ansiedad propias de esta exigente transición, de la matrescencia. Previene trastornos como la depresión posparto, cuya incidencia ha aumentado de forma considerable en los últimos años, fortalece la conciencia del autocuidado, la autoestima, la resiliencia, la confianza femenina y, por sorprendente que parezca: aumenta la tasa de embarazo en procesos de reproducción asistida.

El sufrimiento en silencio de las mujeres ha sido una constante en la sociedad tradicional. La mayoría de las mujeres con trastornos emocionales negaban u ocultaban los síntomas, resultado del gran tabú y estigma social que conllevaba reconocer una posible vulnerabilidad en relación con la maternidad, corriendo el riesgo de que la sintomatología se agravara y cronificara sin la atención adecuada. Hoy, las madres alzan su voz, deciden hablar, contar(se), compartir experiencias, conectar, desahogarse, cuidar su salud mental.

Solo este cambio ya es un gran paso: la neurociencia ha demostrado que: expresar situaciones emocionales intensas activa las áreas del cerebro asociadas con el procesamiento y la regulación afectiva, además de reducir el estrés y mejorar el bienestar emocional (publicado en Journal of Traumatic Streess).

Es decir, contar nuestras experiencias relacionadas con el embarazo, parto y maternidad, sentirnos escuchadas y apoyadas, nos ayuda a procesar, validar e integrar todo lo que nos ha ocurrido. Hablar nos protege. Todo este proceso de expresión verbal ya resulta especialmente terapéutico y tiene un impacto reparador muy positivo en nuestra salud mental.

La salud mental materna debe ser la madre de la salud mental. Nos concierne a todos.

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