Como el Ave Fénix, Notre-Dame renace de sus cenizas cinco años después del incendio que conmocionó al mundo y obligó a cerrar las puertas del mayor templo de París. Desde entonces, han sido muchos los estudios arquitectónicos que han querido participar en la reconstrucción de la catedral con propuestas, cuanto menos, llamativas. Te contamos algunas de ellas.
Una piscina en la cubierta
La propuesta del estudio Ulf Mejergren Architects es, seguramente, la más llamativa: contempla la creación de una piscina en la cubierta de Notre-Dame como un espacio para el pensamiento y la autorreflexión. "Una catedral, en nuestra opinión, no es una isla aislada en el tejido urbano, pertenece a la ciudad y a la gente. El resultado será un nuevo espacio público meditativo con vistas inigualables de París", explican.
Desde el estudio explican que "la aguja ha desaparecido, pero las doce estatuas de los apóstoles que fueron guardadas durante la restauración y lograron escapar del incendio, están de nuevo en el tejado, ahora como guardianes alrededor de una gran piscina pública que ocupa todo el tejado".
Notre-Dame: invernadero para insectos
El Studio NAB no se queda atrás: propone convertir la cubierta de Notre-Dame en un hogar para abejas, en "homenaje a los constructores de la catedral" y a las colmenas que sobrevivieron al incendio. Aseguran que sería como "producir el famoso néctar de los dioses en el corazón de la nueva flecha convertida en colmenar".
Así, bajo el vidrio habría huertos y espacios para talleres sobre ecología, mientras que la aguja, lejos de reproducir su pasado gótico, se convertirá en un criadero de abejas, con múltiples niveles que sostienen numerosas colmenas, y a los que se accedería por una escalera central.
Además, consideran que ayudaría a contrarrestar la escasez mundial de abejas, si no que también permitiría la capacitación de apicultores profesionales. En conjunto, toda la estructura contribuiría a una nueva visión sustentable.
Reconvertir la catedral en una granja hidropónica
En un enfoque también naturalista, el arquitecto Vicent Callebaut proponía reconvertir la catedral en una granja hidropónica (que utiliza disoluciones minerales en lugar de suelo agrícola para poder cultivar en contenedores) con un techo y aguja de cristal, uniendo la nave, el tejado y la futura aguja del templo. De esta forma, la cubierta gótica de cristal produciría toda la electricidad, el calor y la ventilación pasiva de la catedral.
Además, tendría un jardín cultivado por voluntarios, que ayudaría a los parisinos más necesitados cosechando y redistribuyendo de manera gratuita hasta 21 toneladas de frutas y verduras.
Un recuerdo del propio incendio
El diseñador francés ha recurrido a su pieza 'Fireplace' aplicándole un gran cambio de escala para recordar al propio incendio. Su diseño, que simula una llama de fuego hecha en piedra de lava y con acabado dorado, le sirve para proponer lo que él considera una solución que responde tanto a los partidarios de devolver la catedral a su estado original, como a los que defienden una intervención coherente con el momento actual.
Entre el cielo y la tierra
La propuesta de los eslovenos de Vizum Atelier continúa la idea que perseguían los arquitectos de las iglesias góticas de alcanzar el cielo con sus construcciones. En esta búsqueda, el estudio plantea una intervención que se concentra en el cruce de las naves —la cubierta la reconstruyen según el estado previo al incendio—, para elevar una aguja que, construida hasta una altura, continúa luego su camino hacia el infinito en un haz de luz que "conecta el cielo con la tierra", según enuncian los arquitectos.