El cobro de la nómina es, sin lugar a dudas, el momento más esperado del mes para cualquier trabajador. Especialmente en épocas en las que el gasto previsto es mayor de lo normal, como ocurre en Navidad o vacaciones. Por eso, si al cobrar el sueldo de noviembre has recibido una cantidad inferior a lo esperado, antes de entrar en pánico, sigue leyendo, esto tiene una explicación: no es que te hayan bajado el sueldo de repente, ni tampoco se trata de un error, sino de una práctica completamente legal y común en muchas empresas a finales de año.
Regularizar el IRPF para evitar pagar en la declaración
Muchas compañías aprovechan estos últimos meses del año para regularizar el IRPF de sus empleados y adaptarlo a los ingresos reales que ha recibido por su actividad. Concretamente, se aseguran de haber estado aplicando, al menos, el mínimo del porcentaje del IRPF, y, si no es así, y se aplicó un porcentaje menor, lo elevarán hasta compensar los meses anteriores.
Mediante este ajuste, las empresas tratan de conseguir que los empleados no tengan que pagar en la próxima Renta. O que, en el caso de hacerlo, el impacto sea mucho menor. "Si tu IRPF pasa, por ejemplo, de un 10,5% a un 25%, es por este motivo. Esto va a hacer directamente que en tu nómina cobras menos, pero recuerda, la retención que te hacen en nómina por tu IRPF, luego la recuperas en la declaración de la Renta. Esto se hace precisamente para que en la declaración te salga un resultado ajustado, y no te salga de 2.000 euros o 3.0000 euros a pagar", explica @tublogfiscal.
Otro ejemplo: si comenzaste el año con un contrato temporal de corta duración, la ley permite que la empresa aplique una retención mínima del 2%. Sin embargo, cuando el contrato se transforma en indefinido, o el salario aumenta significativamente, el cálculo es insuficiente. También puede ocurrir que por bonificaciones, pagas extras y otros ingresos no previstos inicialmente se modifique la base imponible.
¿Por qué solo me afecta a mí y no a mis compañeros?
Este cambio puede afectar a una persona del mismo equipo y no al resto porque el IRPF se calcula teniendo en cuenta las circunstancias personales y familiares de cada contribuyente. Así, aunque ocupemos el mismo rol dentro de una empresa, puede que el IRPF a pagar sea diferente.