Las mujeres ocupan menos puestos directivos aunque su sueldo se acerca al de los hombres: suponen casi el 16% y cobran un 11% menos

La igualdad en la cúspide de las empresas es todavía una tarea pendiente. Aunque la brecha salarial entre hombres y mujeres continúa reduciéndose poco a poco, ellas todavía cobran un 11,2% menos y su presencia se ha reducido en el último año hasta ocupar apenas el 15,6% de los puestos directivos. Así se desprende de un informe presentado este martes por la escuela de negocios EADA Business School y la consultora ICSA Grupo.

El estudio, elaborado a partir de una muestra de más de 80.000 salarios, apunta a que el sueldo medio actual en 2024 de un hombre en un puesto directivo es de 93.030 euros brutos anuales, mientras que la retribución media de una mujer en el mismo lugar se sitúa en 83.663 euros, un 11,2% por debajo. Esta brecha es un punto inferior a la diferencia del 12,1% registrada en 2023 y supone el séptimo año consecutivo de caída. En 2017, las mujeres directivas cobraban un 18% menos que sus homólogos varones.

Pese al descenso sostenido en el tiempo, el estudio llama la atención sobre la lenta reducción de la brecha retributiva. "La disminución de la brecha salarial consolida una tendencia a la baja, aunque a este ritmo tan lento tardaremos unos 20 años más en lograr una igualdad salarial entre hombres y mujeres directivas", matiza Indry Canchila, ingeniera industrial y socia directiva de consultoría de ICSA Grupo, subrayando que la situación "sigue siendo inaceptable y es necesario trabajar en ello".

La diferencia salarial entre hombres y mujeres es más pronunciada entre los directivos que en los puestos más bajos de la jerarquía empresarial. Entre los empleados rasos la brecha es de un 8,9%, situándose el sueldo medio de los hombres en 29.975 euros y el de las mujeres en 27.529. Esa distancia se incrementa entre los mandos intermedios, donde los hombres cobran de media un 12,2% más que las mujeres (un promedio de 45.536 y 40.588 euros brutos anuales respectivamente).

Ellas no solo cobran menos en los puestos directivos, sino que también son menos. La presencia femenina disminuye notablemente a medida que aumenta la responsabilidad del cargo. Mientras que en la base de las empresas representan el 46,3% de los empleados, esa proporción se reduce hasta el 33,9% en los mandos intermedios y se achica aún más hasta el 15,6% en los puestos directivos. En lo más alto de la cúspide, solo el 9% de las direcciones generales están ocupadas por mujeres.

Más en sanidad y servicios

La presencia femenina en puestos directivos ha caído así en 2024 un punto respecto al 16,6% de 2023. Con este descenso, se encadenan tres años a la baja desde el 18,8% alcanzado en 2021. En 2008, justo antes del inicio de la crisis financiera, las mujeres ocupaban el 19,5% de los puestos directivos, una cifra muy alejada de la actual. "Viene bajando la presencia femenina en los puestos directivos, por tanto algo está sucediendo. A pesar de las medidas que se están tomando, esta disminución nos indica que no se está dando un cambio real a nivel de igualdad", resalta Canchila.

Aunque la presencia femenina es minoritaria en todos los sectores, las mujeres llegan en mayor medida a puestos directivos en las empresas relacionadas con la sanidad y los servicios, donde rozan el 20%. En cambio, en los sectores inmobiliario y de la construcción, así como en la banca y los seguros, apenas un 1,3% de los directivos son mujeres. La proporción tampoco supera el 3% en el sector energético ni en el tecnológico.

Del mismo modo, dentro de los puestos de dirección, las mujeres se concentran sobre todo en los relacionados con la comunicación, el marketing y los recursos humanos, representando respectivamente el 39%, 33,2% y 20,5% de los responsables de estas áreas. En el extremo opuesto, menos de un 6% de los directores de TIC y de producción son mujeres y tampoco llegan al 7,5% en las direcciones comerciales.

Además, la mayoría de las mujeres directivas trabajan en pequeñas empresas. Estas aglutinan al 52,9% del total, frente al 17,6% de presencia femenina en la dirección de las grandes firmas. "Los planes de igualdad en las empresas hasta el momento han venido funcionando, pero se nota que están muy enfocados a empresas de más de 50 empleados y a reducir la diferencia retributiva", puntualiza la directiva de ICSA.

Abordar las causas

"A mayor nivel de responsabilidad empresarial menor presencia de mujeres directivas", constata Canchila, que insta a acometer "un cambio en la estructura de las organizaciones y un rediseño en las formas de trabajar, en la que prevalezca el trabajo por objetivos y resultados más que el presencialismo". "Si nos quedamos con pensamientos obsoletos no evolucionaremos, el diseño del puesto de trabajo es importante. No hay una fórmula mágica. Cada empresa tiene una situación diferente, pero hay que ser creativo y flexible", añade.

"Para cerrar esta brecha y aumentar la representación femenina, las empresas deben rediseñas los cargos de dirección que mejoren realmente la conciliación laboral y familiar", coincide Alina Masuda, investigadora y profesora de EADA Business School. "Los puestos que fomentan la presencialidad y las horas extras contribuyen a la desigualdad, porque la sociedad sigue esperando que las mujeres sean las principales responsables del cuidado de la familia", explica.

"Las leyes por sí solas no bastan, tienen que venir alineadas con un cambio cultural y con una estrategia de cómo implementarlas. Si creamos buenas leyes y no las implementamos, no vamos a ningún lado", agrega Masuda, que recalca la necesidad de promover la presencia femenina en puestos directivos no solo a través de cambios normativos, sino también educando a los más pequeños. "Somos muy buenos en crear leyes, pero eso es como el paracetamol para el dolor de cabeza, hay que atar la causa", concluye. "Estamos trabajando en medidas correctivas, pero no preventivas", coincide Canchila.

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