La afición del Real Madrid no da crédito a lo que está viendo. Tras siete años de largo espera para poder ver a Kylian Mbappé vestido de blanco, la realidad ha sido una bofetada de realidad. O, al menos, de momento. Tras una veintena de partidos en los que había dejado muchas más luces que sombras, la tétrica actuación del delantero galo en Anfield ha desatado una ola de críticas y, sobre todo, la sensación de que el crack mundial que se pensaba todo el mundo que era Mbappé, no es tal.
En el mítico campo inglés, era el día D. Sin Vinícius, en su posición natural y con mucho espacio para correr ante la presión arriba del equipo red, todo el contexto le favorecía. Pero Kylian Mbappé no está. Controles que se le iban largos, pases sencillos fallados y frenado una y otra vez por los defensas del Liverpool cada vez que encaraba, los detalles más importantes se vislumbraban en sus gestos, en su expresión corporal, siempre cabizbajo.
Fallar un penalti fue lo de menos, pero quizás lo más sintomático. Sin Vini, el balón era suyo, pero se dirigió a los once metros con una mirada que desprendía pavor. Un jugador que ha marcado tres goles en la final de un Mundial parecía superado por la situación. Erró la pena máxima y ahí condenó al Real Madrid a la derrota.
La llegada de Mbappé, eso sí, es un camino sin vuelta atrás. Confiar en él, mínimo durante lo que queda de temporada, es la única opción después de tantos años de espera. Una situación que ya se vivió, por no irse mucho más lejos, con Eden Hazard. Las comparaciones son odiosas.
Nueve goles en 18 partidos oficiales con la camiseta blanca no son números para alarmarse, pero tampoco lo que se esperaba de él. Más teniendo en cuenta que tres han sido de penalti. Y es que lo peor no son sus cifras, son sus sensaciones, como si algo le pesara.
El aspecto mental juega un papel importante. Carlo Ancelotti llegó a enfadarse cuando, antes del encuentro ante el Leganés, se le cuestionó sobre ello, pero la realidad es que la sensación es que la presión que recibe Mbappé le está pesando. Sus gestos así lo dicen.
Pese a su desastroso partido en Anfield, Ancelotti le mantuvo los 90 minutos sobre el campo. Da igual que en el banquillo esté una de las grandes promesas del fútbol brasileño, un jugador que con solo 18 años ya es internacional con Brasil y que ha costado 45 millones de euros. No confiar en Mbappé no es una opción para el entrenador italiano. "Está trabajando y se está adaptando bien. No le están saliendo las cosas, pero hay que ser pacientes porque es un jugador extraordinario", afirmó Carletto.
También sus compañeros cierran filas en torno al galo. Todos a una. Ni un reproche, solo palabras de apoyo. "La presión que tiene por lo bueno que es, es muy grande. No hemos perdido por el penalti. Han jugado mejor. Kylian tiene que mantener la cabeza alta", le apoyó Jude Bellingham. "A Mbappé lo vemos entrenando bien. Hoy no ha salido, sobre todo el penalti, pero tenemos confianza en él y seguro que va a hacer lo que se espera de él", dijo Luka Modric. "Le apoyamos siempre, estamos muy contentos de que esté con nosotros. Es un jugador de talla mundial. Nos ayudará", indicó el capitán Lucas Vázquez.