El Gobierno se encomienda a Illa para tener poder negociador ante Junts en el Congreso y aguantar el resto de legislatura

El domingo electoral está a la vuelta de la esquina, pero en Moncloa se vive una calma tensa. Hay optimismo con los resultados del candidato del PSC, Salvador Illa, que creen que van a catapultarle hasta los aproximadamente 40 escaños, lo que consideran clave para tener poder negociador en el Congreso los restantes años de legislatura. Hay dos escenarios que el Ejecutivo necesita que se cumplan: el primero es que Illa gane las elecciones con un buen resultado y el segundo es que los partidos independentistas no sumen mayoría absoluta. Desde Moncloa creen que esos dos ingredientes serían los que les permitirían evitar "reproches" en el Congreso, ya que se podrían remitir a unos resultados claros en Cataluña que les alejasen de disputas tanto con Junts como con ERC.

Con todo, son conscientes de que los republicanos son socios más estables que Junts, ya que además de compartir el grueso de sus medidas sociales, les ampara una legislatura entera -la XIV- de pactos y acuerdos. En cambio, los de Puigdemont irrumpieron como socios a partir del 23 de julio, y lejos de dar estabilidad, sus negociaciones se han resumido en un continuo pulso parlamentario con los socialistas, repleto de desconfianza y acuerdos in extremis. Es por ello que en una eventual investidura de Illa confían más en la abstención de ERC que en la de Junts.

Lo peor que podría pasar para el Gobierno de Pedro Sánchez es que el líder de Junts, Carles Puigdemont, gobernase tras el 12 de mayo, lo que creen que los independentistas traducirían en que la sociedad no quiere pasar página del procés, justo lo contrario a lo que el PSC lleva asegurando durante toda la campaña. En cualquier caso, creen que el 'efecto Puigdemont' ha llegado a su tope y esa "foto" de su vuelta a España tras la aprobación de la amnistía no es algo que les preocupe especialmente, menos aún con las elecciones ganadas por Salvador Illa.

En él depositan todas sus esperanzas y también le otorgan autonomía. "El PSC es otro partido", recalcan fuentes del Ejecutivo. Desde el Gobierno aseguran estar "muy contentos con la campaña" de Illa, tienen un buen pálpito de cara al domingo, lo que a su vez se traduce en un "buen ambiente" en el Gobierno. "Las expectativas son positivas", remachan, asegurando que el candidato del PSC ha cogido votos de todas las partes, lo que a su juicio significa que los votantes quieren "pasar página" del procés y centrarse ya en las cosas del comer.

Pasar página del independentismo

Además de tener un buen resultado en las elecciones y que el independentismo no sume, Moncloa se plantea un objetivo más: que los resultados evidencien que la sociedad catalana ha pasado página del independentismo.

Este ha sido el leitmotiv de la campaña de Salvador Illa, por lo que no quieren ni pensar en un escenario que evidencie lo contrario. Los sondeos les llevan a pensar que el bloque independentista no va sumar, aunque aún tienen dudas, "vamos a ver cómo termina", apuntan. A tan solo cuatro días de que se abran las urnas parece que crece la tensión al respecto, de hecho, les inquieta imaginar un escenario en el que Puigdemont se presentase a una investidura con posibilidad de alcanzar la mayoría absoluta y quedando en una segunda posición, ya que creen que ERC tendría muy complicadas las cosas para no apoyarle. En el caso de que se presente Illa, dudan de que Puigdemont le apoyase, aunque tienen ciertas esperanzas en la abstención. Eso sí, desde el Ejecutivo no piensan en una repetición electoral.

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