El Gobierno cierra 2024 con 14 normas aprobadas pero con patinazos en la ley de extranjería o la ley del suelo

2024 ha sido un año de claroscuros para el Gobierno a nivel parlamentario. La complicadísima aritmética en el Congreso ha complicado mucho la vida al Ejecutivo, tanto que en varias ocasiones ha tenido que retirar iniciativas para evitarse una dura derrota ante la imposibilidad de convencer a sus socios de que las apoyaran, como ocurrió con la ley del suelo. No obstante, pese a las dificultades, la mayoría que sustenta a Pedro Sánchez ha logrado sacar adelante 14 leyes, incluidas algunas de tanto calado como la amnistía, el paquete fiscal o la ley del ELA, además de una decena de decretos con medidas sociales, económicas o para hacer frente a las consecuencias de la DANA de Valencia y también la reforma constitucional pactada con el PP para eliminar el término "disminuidos" de la Constitución para referirse a las personas con discapacidad.

La última sesión plenaria del Congreso este año, celebrada el pasado jueves, se cerró con buenas noticias para el Gobierno, puesto que logró aprobar tanto la mencionada reforma fiscal como la ley de eficiencia judicial, una de las iniciativas estrella del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Esos triunfos, no obstante, no estuvieron exentos de dificultades. El paquete tributario estuvo en duda hasta el último minuto, y aunque PNV y Junts lo apoyaron en su mayor parte, también se aliaron con PP y Vox para derribar el impuesto a los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas y dificultar así su prórroga. La ley de eficiencia, por su parte, salió adelante gracias a que Bolaños se comprometió con Podemos a extender seis meses los descuentos al transporte público actualmente en vigor.

En cualquier caso, y pese a estas dificultades, el Gobierno pudo apuntarse dos importantes tantos para cerrar el año tras unas semanas de enormes dificultades, especialmente con Junts y Podemos, los dos partidos que, cada uno desde un lado del espectro político, le están presionando con mayor dureza. De hecho, en los últimos meses casi todas las negociaciones se han decidido en los últimos días o incluso en las últimas horas, aunque lo cierto es que el Ejecutivo ha ido sacando, a trancas y barrancas, buena parte de su acción legislativa.

Las tres principales excepciones a esa afirmación han sido en el año 2024 la ley del suelo, la de extranjería y el techo de gasto. El primer revés legislativo serio del año tuvo lugar en mayo, cuando el PSOE, a última hora, tuvo que retirar la primera de esas normas ante la negativa a aprobarla tanto de sus socios parlamentarios de izquierdas en el Congreso como incluso de Sumar, que suele votar coordinadamente las iniciativas con los socialistas. La Moncloa confió hasta el último momento en sacar la ley adelante con el apoyo del PP, que veía con buenos ojos la normativa, pero a quien le pudo más la oportunidad de infligir una derrota parlamentaria a Sánchez.

La reforma de la legislación de extranjería, por el contrario, sí llegó a votarse, aunque tampoco salió adelante. Los motivos, no obstante, fueron diametralmente opuestos a lo que ocurrió con la ley del suelo: tanto el Gobierno como sus socios de izquierdas y también el PNV estaban de acuerdo en modificar la norma para obligar a las comunidades autónomas a hacerse cargo del reparto de los niños y adolescentes solicitantes de asilo cuando los centros de la autonomía a la que llegasen estuvieran saturados, como es el caso de Canarias. Pero la suma de los votos de PP, Vox y Junts dio al traste con esa reforma.

En lo relativo a la senda de estabilidad, el Gobierno se ha llevado varios varapalos en lo que va de año. El Ministerio de Hacienda intentó sacarla adelante por primera vez el pasado julio, y en uno de los habituales tira y afloja con Junts, los de Carles Puigdemont volvieron a sumar fuerzas con PP y Vox para derribarlo. En septiembre, con las aguas más calmadas, Hacienda volvió a llevarla al Congreso en los mismos términos, aunque Junts se mantuvo firme y, en el último momento, el Gobierno retiró la votación y abrió conversaciones con Puigdemont para intentar llegar a un acuerdo. Esas negociaciones aún están abiertas, y la tardanza en aprobar la senda de estabilidad —que establece el techo de gasto que pueden incluir los Presupuestos— está retrasando la presentación de las cuentas de 2025.

Una decena de decretos

Pese a esos patinazos, el Ejecutivo ha mantenido bien atada su mayoría para sacar otras normas que no han recibido tanto foco mediático, como es el caso de la ley de enseñanzas artísticas, la de bomberos forestales o el traspaso de las competencias de tráfico a la Comunidad Foral de Navarra. Y lo mismo ha ocurrido con la decena de decretos que, durante todo 2024, han salido adelante, la mayor parte de las veces apoyados por el Gobierno y sus socios progresistas y nacionalistas. Los tres últimos han sido de medidas para hacer frente a la reconstrucción y las consecuencias sociales de la DANA; el pasado jueves se aprobó la convalidación del último de ellos.

Asimismo, el Gobierno ha aprobado dos decretos con medidas para hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania, que entre otras cosas incluyen medidas como las subvenciones al transporte público. Lo previsto es que, este lunes, el Consejo de Ministros dé luz verde a una nueva extensión de este paquete de medidas, que tendrá que ser convalidado en enero en el Congreso.

Por otra parte, en junio el Gobierno aprobó por decreto la puesta en marcha, por segundo año consecutivo, del programa Verano Joven, destinado a impulsar los viajes en verano de los jóvenes de entre 18 y 30 años mediante descuentos de hasta el 90% en las redes de transporte público de media y larga distancia de titularidad estatal. Y en mayo, el Ejecutivo hizo lo propio con un decreto que mejoraba el subsidio que perciben las personas que ya han agotado su derecho a paro. Este texto se aprobó a la segunda, puesto que el primer intento acabó en fracaso en enero porque incluía un recorte en el modelo de cotización para la pensión para los perceptores de esta ayuda que Podemos se negó a aceptar. Finalmente, el decreto se aprobó sin esa rebaja.

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