Lo más habitual cuando estamos haciendo nuestras necesidades fisiológicas es que pasemos el tiempo leyendo. Hace años recurríamos a revistas o prensa, pero desde la llegada de los teléfonos inteligentes, son nuestros compañeros inseparables cuando estamos sentados en el baño.
Pero esta costumbre tiene sus riesgos, sobre todo si no tomamos ciertas medidas. Tal y como recoge el Mirror, un estudio realizado en 2.000 adultos reveló que el 60% de los adultos se lleva el móvil al baño y no lo limpia después, lo que puede suponer la propagación de bacterias.
El problema es que después, el 57% de los encuestados coloca sus teléfonos en las encimeras de la cocina, el 47% en las mesas del comedor y el 43% los deja en la cama.
La investigación reveló que casi un tercio de los encuestados nunca desinfecta el mando de su televisor, a pesar de que el control remoto promedio se toca 5.475 veces al año por persona.
No son sólo los dispositivos electrónicos los que a menudo se descuidan en términos de limpieza, ya que otros artículos del hogar, como saleros y pimenteros, teteras, condimentos e interruptores de luz, rara vez o nunca se limpian.
El estudio también reveló que casi el 70% de las personas estarían más inclinadas a desinfectar los artículos en sus hogares si pudieran ver físicamente gérmenes o bacterias.
Según cifras de OnePoll, más de un tercio de los encuestados (36%) han usado y compartido la misma toalla de mano en casa para múltiples usos, mientras que el 27% deja que sus mascotas se suban a sus muebles y ropa de cama sin desinfectarlos.
Sorprendentemente, el 13% de los encuestados incluso admitió haber preparado la comida sin lavarse las manos previamente.
