Un grupo de investigadores liderados por la Universidad de Barcelona (UB) y el Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC) ha desarrollado una nueva herramienta terapéutica capaz de inhibir la proliferación del virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19. El estudio ha sido publicado en la revista The Journal of Biological Chemistry.
Los resultados de la investigación abren nuevas perspectivas en la lucha contra este coronavirus y otras enfermedades víricas que carecen de tratamientos eficaces. La herramienta desarrollada utiliza PPRH, unas moléculas de ADN que tienen alta afinidad por secuencias específicas de ARN conocidas como pinzas de polipurinas.
Estas pinzas bloquean la actividad del ARN (ácido ribonucleico que contiene información copiada del ADN) del virus, por lo que detienen su replicación. El catedrático Carlos J. Ciudad, de la UB, ha explicado que dos variantes de estas moléculas, CC1-PPRH y CC3-PPRH, se unen a regiones específicas del virus con el fin de inhibir la replicación al dirigirse a la enzima replicasa y bloquear la proteína Spike, esencial para la infección en las células.
Esta nueva herramienta es más efectiva y rápida que las pruebas PCR, debido a la alta afinidad de las pinzas polipurinas para capturar el ARN y configurar una señal de detección del agente viral. Los ensayos, realizados con ratones transgénicos, han confirmado que las PPRH pueden inhibir la propagación viral de manera efectiva y segura.
El estudio revela por primera vez cómo unas pinzas de polipurinas son capaces de bloquear la actividad de estos virus. De esta forma abren una nueva vía en la lucha antiviral, a la vez que amplían las aplicaciones biomédicas de las PPRH, desde su diagnóstico hasta su acción terapéutica.
Los investigadores consideran que esta tecnología podría aplicarse a otros patógenos de ARN. Uno de los casos en los que se podría utilizar es en el virus de la fiebre hemorrágica de Crime-Congo (CCHFV), que actualmente no dispone de tratamiento médico.