El año 2024 ha estado marcado por algunos de los crímenes más llamativos de los últimos años, como el de las hermanas de Morata de Tajuña, pero también de procesos judiciales que se han convertido en epicentro de todas las miradas por las posibles condenas o por lo terrorífico de los crímenes cometidos por sus protagonistas. Daniel Sancho, Dominique Pélicot o los cinco procesados por la paliza mortal a Samuel Luiz son algunos de los rostros que han copado portadas y aperturas de informativos en los últimos meses. Estos han sido los juicios con más repercusión del último año:
Un cuerpo sin torso y una cadena perpetua
El caso de Daniel Sancho puede que haya sido el más comentado no solo de este año que se va, sino también de los últimos tiempos. Que el asesino fuese el hijo del actor Rodolfo Sancho y que el escenario del crimen fuera la paradisiaca isla de Koh Samui, en Tailandia, sumaron puntos a la popularidad del crimen, que además tenía todos los componentes para enganchar a la opinión pública: la doble vida de Sancho, que mantenía una relación con una joven madrileña y a la vez con la víctima, el doctor colombiano Edwin Arrieta; el descuartizamiento de hombre, del que nunca se halló el torso; y los famosos abogados tanto de la defensa, con Marcos García Montes al frente, como de la acusación, con Juango Ospina.
A la historia de base se sumaban todos los movimientos dados por el joven de 30 años, chef de profesión, que antes del asesinato compró cuchillos, una sierra para cortar cocos e incluso alquiló otro alojamiento distinto al que ya estaba a su nombre y que iba a compartir con Arrieta. "Compré todo eso para hacer mis vídeos de Youtube sobre cocina", dijo Sancho durante el proceso, siempre acompañado de sus padres y su defensa, que pedía una condena por homicidio. El joven alegó que había habido una pelea porque él no quería mantener relaciones sexuales con la víctima y que acabó con la muerte de Arrieta por un golpe contra la bañera. Después, le descuartizó y desperdigó su cadáver por distintos puntos de la isla. En la habitación del suceso se encontraron trozos de hueso e incluso grasa corporal en el desagüe.
Así, un crimen que se cometió en agosto de 2023 comenzó a ser juzgado tan solo ocho meses después. La Justicia en Tailandia lleva otro compás y solo hizo falta un mes de sesiones para determinar que Sancho fuese condenado a cadena perpetua por asesinato en la Corte Penal de Koh Samui. Eso sí, el magistrado no dio a conocer su veredicto hasta agosto, cuando se cumplía una año del crimen. La otra opción que se barajaba para el español era la pena de muerte, algo que ahora, aún sin condena firme y con este domingo como día límite para recurrir, solicitan los padres de la víctima, que también reclaman una indemnización mayor a los 106.000 euros determinados por el juez. Si finalmente la condena a perpetua es firme, Sancho podría recibir un indulto real con el que volver a España en cinco años.
Pélicot, 50 compinches y violaciones en serie
El caso de Dominique Pélicot ha supuesto un antes y un después en la visión de la violencia sexual a nivel mundial. La idea de un marido violador en serie que ofrecía a su mujer, drogada previamente, a decenas de agresores ha horrorizado al mundo, que se ha volcado con la víctima, Gisèle. "Tanto hombres como mujeres creo que podrán vivir en armonía, respeto y comprensión mutuamente", decía la mujer, de 73 años, al fin del proceso judicial el pasado 19 de diciembre. Ella ha sido la primera víctima de violación que ha permitido que se vean públicamente los vídeos y fotos de agresiones en el juicio, un total de 20.000 atesoradas por su exmarido. "Nunca me he arrepentido de hacer partícipe a la sociedad", agregaba tras conocer las condenas a los 51 procesados.
Hasta 160 medios de todo el mundo se reunieron cada día en el Tribunal de los Crimina de Vaucluse (Aviñón) para dar cuenta de las declaraciones en el juicio más mediático de todos los tiempos. En el mismo se han dado a conocer los cientos de atrocidades que los hombres hacían con una mujer dormida, sin denunciar y sin marcharse de la casa de la pareja en Mazan, la localidad donde vivían y que le ha dado su apodo a Pélicot: el monstruo de Mazan.
"Someter a una mujer rebelde era mi fantasía", aseveraba el principal acusado en su declaración final, en la que también pidió perdón y alabó la valentía de su exmujer. Pero eso no le sirvió para no ser condenado a la mayor pena que existe en Francia por violación agravada, veinte años. El resto tendrán qe cumplir penas menores (entre 3 y 15 años de prisión), seis de ellos ya están en libertad y el discípulo de Pélicot, que replicaba el mismo modus operandi con su esposa, solo cumplirá doce. "Que la vergüenza cambie de bando", repitió Gisèle una y otra vez durante el proceso. Ahora, la defensa del septuagenario, que reconoció los hechos en todo momento, amenaza con apelar. No están de acuerdo con las penas al resto de acusados.
Cuatro condenados y aún sin pena
Uno de los procesos judiciales más complicados de este 2024 ha sido el del caso Samuel Luiz. Cinco acusados y alrededor de 80 testificales entre testigos presenciales y peritos llevaron a un jurado popular compuesto por seis mujeres y tres hombres a resolver el caso en seis días, la deliberación más larga de la historia de Galicia. No sucedió lo mismo con el juicio, que dio comienzo el 3 de noviembre y tuvo una duración de 21 días. De los procesados, el jurado vio tres autores por la paliza mortal al joven en 2021, un cómplice y un exculpada, la novia del señalado como principal instigador de los golpes, Diego Montaña.
En el veredicto se vio probado que los implicados no actuaron con intención de causar la muerte a Samuel Luiz, pero sí ejecutaron una serie de actos en los que debieron asumir la posibilidad de un desenlace fatal por el riesgo de sus acciones. Los jóvenes (ninguno llega a los 30 años) dieron una paliza en grupo a la víctima tras una noche de fiesta postpandemia. Luiz quedó tendido en el suelo y nunca más despertó. Pese a que los servicios de emergencia intentaron reanimarlo murió por los múltiples golpes recibidos.
Según la fiscal Olga Serrano, "la muerte de Samuel Luiz fue una cacería". "Una manada de lobos sale a cazar y tiene como objetivo común una presa. Si esa presa forma parte de un rebaño primero la seleccionan y la aíslan, unos la van atacando, van dando dentelladas, la van agotando, y otros impiden que el resto del rebaño pueda acudir a auxiliarla, pero el objetivo es común: aterrorizar, agotar y causar la indefensión absoluta de esa presa hasta que finalmente fallezca", sentenciaba.
Eso sí, aún no se conocen las penas. Tres condenados por asesinato con alevosía, además de la agravante de homofobia, y un cómplice acumularían algo más de 100 años de cárcel en base a la solicitud de la Fiscalía, entre 22 y 27, pero todavía habrá que esperar. Entre el veredicto de un jurado popular y la condena dictada por la jueza no hay, legalmente, ningún plazo oficial.
Sin cuerpo durante cuatro años
En el verano de 2016, Manuela Chavero desapareció de su casa de Monesterio (Badajoz) en plena noche sin dejar rastro. Tuvieron que pasar cuatro años para que su asesino, Eugenio Delgado, vecino de la mujer, llevara a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil al lugar donde había enterrado el cadáver. Nunca confesó el crimen, el hombre siempre señaló que la extremeña había muerto tras darse un golpe al caerse y que el miedo le llevó a ocultar el cuerpo.
Cuatro años de incógnitas que se resolvieron gracias a una carta anónima que apuntaba a Delgado como autor del crimen y a una factura de la luz de una de sus viviendas. El hombre había dicho que la noche de la desaparición estaba en su casa del centro y no en la que se encontraba junto a la de Chavero, en la calle Cerezo, y que pertenecía a sus padres. En mayo de este año daba comienzo el juicio contra Delgado con la declaración de más de una veintena de testigos y unos 60 peritos. La Fiscalía y la acusación pedían prisión permanente revisable para el procesado.
Pese a las explicaciones del acusado, que dijo que llamó a la mujer para devolverle una cuna y que al ir a recogerla cayó y se dio un golpe fatal en la cabeza, el jurado popular vio probado, tras nueve horas de deliberación, que el hombre, tras engañar a Chavero para que fuera a su casa la agredió sexualmente y acabó con su vida con "alevosía y ensañamiento" ya que "se aseguró de que la víctima no pudiera defenderse y aumentó deliberadamente su dolor" ya que el cadáver presentaba múltiples fracturas.
Diez días después del veredicto la Audiencia Provincial de Badajoz condenaba al hombre a prisión permanente. Según la sentencia, Delgado violó y asesinó a la mujer con "padecimientos innecesarios y una agonía que debió ser muy dolorosa, dada la multiplicidad de traumatismos innecesarios, indicativos de las torturas a las que fue sometida de forma gratuita". La sentencia incluía gravantes de alevosía, ensañamiento, evitar el descubrimiento de un delito cometido anteriormente y la comisión subsiguiente de un delito contra la libertad sexual. También la agravante de género.
Una violación, y "la maldad sin finalidad"
El 1 de noviembre de 2021 una joven de 16 años sufría una brutal violación en Igualada (Barcelona) y era abandonada en la calle a su suerte con la esperanza de que muriera. La del agresor. Brian Raimundo C., boliviano y que ahora tiene 23 años, fue detenido unos meses después, en abril de 2022, como el autor de la agresión e intento de asesinato. Era reincidente, antes de torturar a esta menor había intentado violar a su hermana cuando contaba con tan solo siete años y también había agredido a sus exparejas. Según el perfil psicológico que se le realizó en fase de instrucción, Brian muestra un absoluto "desprecio" hacia las mujeres con comportamientos "vejatorios y humillantes" para "dañarlas" física y moralmente y sin ningún remordimiento por ello.
Su víctima, que ahora cuenta con 19 años, no tuvo que declarar en el proceso judicial que dio comienzo este pasado mes de junio en el Palacio de Justicia de Barcelona por el grave estrés postraumático que sufre. Durante la agresión, que se produjo de madrugada después de que ella hubiera estado en una discoteca, fue sometida a una violación de pesadilla, en la que el agresor utilizó varios miembros corporales, como por ejemplo el puño, así como objetos contundentes y puntiagudos no determinados, "o una combinación de ambos".
También la golpeó con un objeto con la intención de matarla, es más, la dejó a la intemperie, tirada en el suelo, creyendo que moriría desangrada. La joven precisó de precisaron de "365 días para su curación, de los cuales 332 fueron impeditivos para sus ocupaciones habituales, 30 días de hospitalización y 3 días de estancia en la UCI", que le dejaron múltiples secuelas, tanto físicas como psicológicas. Fue sometida hasta a cinco operaciones porque sufrió una fractura craneal y perdió parte de su audición. Él solo dijo que no recordaba nada, que había bebido.
Brian se enfrentaba a la petición de 45 años de cárcel. En cuatro días se dejó visto para sentencia y ni 15 después hubo una condena tras escuchar a 32 agentes de los Mossos d'Esquadra y al camionero que halló a la víctima tirada en la calle y casi muerta, además de ver algunas pruebas periciales y vídeos. Fue condenado a 35 años, de ellos, 15 por agresión sexual con penetración y uso de objeto contundente y los otros 20 por tentativa de asesinato. Además, se le aplicó la agravante por alevosía y discriminación por razón de género. También se le condenó a pagar una indemnización de 332.727 euros, la prohibición de comunicarse y de acercarse a menos de 1.000 metros de ella durante los diez años posteriores y a que sea expulsado a su país de origen cuando consiga el tercer grado. "Actuó con ánimo ruin, perverso, cobarde y traicionero. Fue maldad sin finalidad", sentenció la Fiscalía en su declaración final.
