Las dificultades de acceso a la vivienda son un problema compartido en toda Europa, tal y como evidencia la inclusión por primera vez en la Comisión Europea un responsable de vivienda, el danés Dan Jørgensen. No obstante, el impacto de la subida de precios no ha sido igual en todos los países, según se desprende de los datos de vivienda publicados este jueves por Eurostat, que ofrecen una foto sobre cuál es la situación en el continente. En España el coste de la vivienda se sitúa ligeramente por debajo de la media europea, pero las dificultades de parte de la población para asumirlo son patentes. El 13,6% de los españoles vive en hogares con retrasos en el pago de la hipoteca, el alquiler o las facturas básicas, una de las proporciones más elevadas entre los socios comunitarios.
Los datos de Eurostat -referidos a 2023- indican que algo más de uno de cada ocho personas en España no está al corriente en el pago de la hipoteca, el alquiler o los suministros básicos, lo que según el instituto estadístico podría ser un "indicio de que los costes de la vivienda podrían ser demasiado elevados". La proporción de personas que se encuentran en esta situación lleva estancada en España en torno a estos niveles desde la pandemia. En 2019, el 8,1% de los españoles tenían pagos atrasados, después de que los hogares fueran progresivamente recuperándose de la crisis financiera, que llegó a empujar la proporción de personas con impagos en los gastos asociados a la vivienda hasta el 12,5% de la población española en 2014.
En el conjunto de la UE, el 9,3% de los ciudadanos enfrentan estos problemas, una media que ha caído progresivamente en la última década desde el 12,9% de 2013. España no solo supera la media comunitaria, sino que es actualmente el quinto país de la UE con mayor porcentaje de hogares en situación de impago. Solo superan al país ibérico Grecia, Bulgaria, Rumanía y Chipre, donde la proporción de ciudadanos que no están al corriente en los pagos oscila entre el 47,3% y el 14,3%. En las otras grandes economías europeas, la situación es mejor. El porcentaje de personas que viven en hogares con atrasos en la hipoteca, el alquiler o las facturas es del 10% en Francia, el 8,3% en Alemania y el 5% en Italia, solo mejorado por Bélgica, República Checa y Países Bajos.
Aun así, el coste de la vivienda -incluidos suministros básicos como el agua, la luz o el gas- es sitúa en España un 2% por debajo de la media europea, alejada de los países más costosos como Irlanda, Luxemburgo y Dinamarca -con costes un 101%, 86% y 80% por encima de la media respectivamente-, pero también de los más económicos, que son Bulgaria y Polonia -un 61% y 56% por debajo de la media comunitaria-. Entre las cuatro grandes economías europeas, España no es la única que se sitúa por debajo de la media. La situación es similar en Italia, mientras que en Alemania y Francia el coste de la vivienda es respectivamente un 17% y 14% más caro que el nivel promedio.
Según los datos de Eurostat, de media el ciudadano europeo dedica el 19,7% de sus ingresos a costearse la vivienda. En España el esfuerzo se sitúa en el 17,2%, cerca del 17,9% de Francia y por debajo del 25,2% de Alemania. No obstante, el pago de la casa y los gastos asociados se complica entre quienes menos recursos tienen. La población en riesgo de pobreza en España destina de media el 34,8% de sus ingresos a la vivienda, ligeramente por debajo del 38,2% en el que se sitúa la media europea.
Subidas constantes
El nivel de precios actual es en buena medida resultado de las subidas encadenadas a lo largo de la última década, aunque en 2023 algunos países registraron ya las primeras bajadas. Desde 2013, los inmuebles residenciales se han encarecido de media un 52,6% en el conjunto de la UE. El comportamiento del mercado español ha sido similar, con un alza del 53%, según los datos de Eurostat. En Alemania la subida en el precio de la vivienda ha sido aún más pronunciada -llega al 60,7% en diez años-, mientras que en Francia el aumento ha sido del 27,5% y en Italia las casas se han abaratado incluso un 0,7%. El país gobernado por Giorgia Meloni es el único que cuenta con precios más baratos que hace una década, mientras que el que ha enfrentado la mayor subida es Hungría.
No solo la vivienda en compraventa se ha encarecido, también el precio de los alquileres se ha incrementado de media un 16% desde 2013 en el conjunto de la UE. Sin embargo, la subida del 6,5% registrada en España es mucho menos pronunciada y muy cercana a la experimentada en países vecinos como Francia (6,6%) e Italia (4,9%). Cabe matizar que este indicador se refiere al alza de los arrendamientos ya firmados, no al de los nuevos contratos. El aumento de las rentas mensuales ha sido mucho mayor en Alemania (16,2%), un país donde además el alquiler es mucho más frecuente. De hecho, es el Estado miembro con mayor proporción de inquilinos frente a propietarios. El 52,4% de los alemanes viven de alquiler, más del doble que los españoles (24,7%).