Convencer a los ecologistas: el encargo de Aagesen al sector industrial de cara a aprobar su 'prometida' hoja de ruta de captura de CO2

El nombramiento de Sara Aagesen como vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica supone dar continuidad a la tarea de su antecesora, Teresa Ribera, después de dos décadas de trabajo conjunto, pero también cambios en políticas que la ya vicepresidenta de la Comisión Europea ha mantenido bloqueados y a los que Aagesen, a la que se atribuye un perfil más "científico-técnico", se muestra más abierta. Uno de ellos son las tecnologías para la captura de CO2, cada vez más extendidas en Europa pero inexistente en España y para las que la nueva ministra se comprometió hace unos meses ha elaborar una hoja de ruta.

De la misma manera que no se espera una alteración del calendario de cierre de centrales nucleares, la industria espera que el Ministerio empiece en breve a elaborar una hoja de ruta para ordenar la captura, traslado y almacenamiento de las emisiones de CO2 difícilmente evitables -abatibles- por parte de la industria. Eso es a lo que se comprometió Aagesen en una reunión a principios de octubre con la plataforma tecnológica PTECO2, a la que están asociadas industrias del acero como Arcelor Mittal, mineras como Magna, cementeras como Cemex, químicas como Dow o las energéticas Repsol y Naturgy. Se le volvió a insistir en la necesidad de desarrollar esta tecnología en España, para lo que reclaman ayudas públicas pero también un marco regulatorio que incentive la inversión necesaria para desarrollar la tecnología o para buscar los emplazamientos de los almacenes profundos.

Según explican fuentes presentes en el encuentro, la entonces todavía secretaria de Estado de Energía se mostró "absolutamente" consciente de que también en España se deben poder capturar las emisiones de CO2 "difícilmente abatibles" y se comprometió a elaborar una hoja de ruta que ahora será de su entera competencia, como responsable máxima del Ministerio y sin el freno que el sector atribuye a Ribera todos estos años.

Además de las garantías de que habrá un plan, Aagesen también les pidió algo, según indican las fuentes. Que PTECO2 despliegue una labor "didáctica" entre las organizaciones ecologistas. Que "trabajasen" con el llamado G-5, les dijo, en alusión al grupo de las cinco organizaciones ecologistas que asesoran de manera formal al Ministerio -Greenpeace, Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra, SEO/BirdLife y WWW- que afirman que se trata de una tecnología que no está suficientemente madura y recelan de ella, porque a la postre supone un 'permiso' para seguir emitiendo gases de efecto invernadero en lugar de buscar alternativas alejadas de los combustibles fósiles.

La respuesta de PTECO2 fue afirmativa, aunque todavía no se han puesto en contacto con estas organizaciones. Sí tienen previsto hacerlo en breve con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, en una reunión en la que pondrán a disposición de sus técnicos información, formación o cualquier otro tipo de ayuda para que afronten un proceso que consideran especialmente complicado, tramitar las declaraciones de impacto ambiental de los futuros proyectos de captura, de transporte y de almacenamiento del CO2.

Cien días para empezar a trabajar

Una vez confirmada Aagesen como vicepresidenta y ministra y de acuerdo a las garantías que les dio en otoño, la plataforma PTECO2 le da un periodo de gracia de "cien días", no tanto para que esté lista la hoja de ruta, sino para que al menos Transición Ecológica empiece a trabajar en ella. De este modo, esperan que cada vez sea más real una tecnología que la Comisión Europea tiene en cuenta como una de las vías para que la UE consiga reducir un 90% sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2040, como paso previo a la neutralidad de carbono de 2050. Para ello, calcula que los Estados miembros deberían poder capturar 50 millones de toneladas de emisiones de "difícil abatimiento" en 2030, 280 en 2040 y 450 en 2050. En España, PTECO2 calcula que las tecnologías de captura son la única alternativa para eliminar del orden de los 40 millones de toneladas de emisiones de CO2 de difícil abatimiento que la industria lanzó a la atmósfera en 2022, dos tercios del total. Sin embargo, de momento el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) sólo apunta a la elaboración de "un plan de viabilidad" de una tecnología que añade que "debe producirse como último recurso" y "no debe desincentivar el abandono de los combustibles fósiles".

El sector tiene confianza que ahora se logre concretar el desarrollo de un plan que espera que sea un compromiso de que el Gobierno va a apoyar la inversión en la captura de CO2 y proyectos para transportarlo -por tuberías, por barco o en camines cisterna, según la distancia- y para impulsar los almacenamiento geológicos donde terminaría inyectándose. La plataforma PTECO2 calcula que en España deberían existir "cuatro o cinco" emplazamientos, que todavía hay que localizar entre el más de un centenar de emplazamientos que ha identificado el Instituto Geológico Minero de España (IGME) con potencial para que parte del CO2 emitido por la industria pueda ser inyectado en rocas porosas a más de 800 metros de profundidad. Mientras, lamenta que la oposición de Ribera a estas tecnologías haya estado meses dilatando la concesión a Repsol de un permiso para investigar en este ámbito con fondos concedidos para ello del programa que le fue concedido durante un año para poder gastar una ayuda concedida por la Comisión Europea de su Fondo de Innovación.

Anomalía en la UE

España es uno de los pocos países de la UE donde no hay ni proyectos en funcionamiento o en estudios para llevar a cabo una tecnología que lidera Estados Unidos y de la que existen 40 proyectos operativos en todo el mundo y 400 en desarrollo.

En Europa ya hay dos instalaciones operativas, en el mar del Norte y en la frontera entre Serbia y Hungría, otros 17 proyectos están en "estado avanzado" y otros cuatro, en construcción, en Bélgica y Noruega. En línea con lo que PTECO2 espera ahora del Gobierno, 20 de los 27 países de la UE ya han aprobado estrategias nacionales y planes de inversión para desarrollar la tecnología de captura, transporte y almacenamiento y ofrecen ayudas e incentivos.

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